Bernard Horande: Ideas locas

Bernard Horande: Ideas locas

thumbnailbernardhorandeEn Marzo de 2013, conocida la muerte de Chávez, una declaración de Diosdado Cabello me llamó la atención.

Decía Cabello a los medios que “la oposición debió haber rezado mucho para que Chávez siguiera vivo”, agregando que “en la revolución el cuerdo era el comandante Chávez…”.

Finalizaba afirmando que “Chávez era el muro de contención de muchas de esas ideas locas que se nos ocurren a nosotros. Él imponía su liderazgo, su prudencia y su conciencia y nos evitaba actuar en muchas ocasiones con estas ideas locas nuestras”.





A la luz de las cosas que están pasando hoy en Venezuela, uno comprende por qué Diosdado dijo lo que dijo.

En la desesperación por perder el poder que ha invadido a la pequeña – en número y en calidad – dirigencia máxima del madurismo, el país está asistiendo al mayor despliegue de ideas locas que a gobierno alguno en Venezuela se le podían ocurrir.

Prácticamente no hay artículo en nuestra Constitución que se salve de ser violado, transgredido o ignorado por parte de la alta nomenclatura del régimen venezolano y sus adláteres y marionetas instaladas en los diferentes Poderes Judicial, Electoral y Ciudadano.

Sólo quedan vivos el 333 y el 350.

Por ejemplo, no puede ser sino una idea loca el que se decida que el presupuesto de la Nación sea aprobado por el Tribunal Supremo de Justicia y no por la Asamblea Nacional. Eso es de locos. Eso no pasa en ningún país gobernado por personas cuerdas.

¿Otra idea loca? Estrangular, como lo han venido haciendo, la única válvula de escape que los venezolanos tenemos para expresarnos en un proceso refrendario que simplemente busca preguntarle a la gente si está o no de acuerdo en revocar el mandato del Presidente de la República, todo de acuerdo a la Constitución vigente.

Es de dementes no darse cuenta que la consecuencia previsible de una idea loca como esta no es otra que en el país se produzca un estallido social o una guerra civil.

Otra de esas ideas locas consiste en interpretar la Constitución Nacional de acuerdo a su propia conveniencia, y decidir que se debe recoger por Estados el 20% de manifestaciones de voluntad para convocar el Referéndum Revocatorio, cuando el artículo 72 de la Carta Magna indica expresamente algo diferente:

“…un número no menor de veinte por ciento de los electores o electoras inscritos en la correspondiente circunscripción…”.

La “correspondiente circunscripción” del Presidente de la República es la circunscripción nacional. No otra distinta.

De desequilibrados es utilizar las bolsas de comida o la entrega de viviendas para discriminar entre las personas que opinan bien del gobierno y aquellas que no.

Enumerar la cantidad de ideas locas que estos nefastos personajes han tenido desde el 2013 para acá nos llevaría una eternidad. En ese trajín, se les quemó el cerebro a causa de la alta producción de lunáticas ideas.

El deplorable estado en el que se encuentra Venezuela en lo político, en lo económico, en lo social y en lo moral, dan evidente cuenta de ello.

Uno aspiraría a que no se les ocurran más ideas locas, cosa que admito difícil de lograr. Por ejemplo, cosas como cercenar o limitar la inmunidad parlamentaria. O decretar la muerte del RR. O ilegalizar a la MUD como partido. Pero ya lo sabemos: son capaces de eso y más.

La mayoría de los activistas del PSUV, que no son locos, deberían estar preocupados.

Una minoría enquistada en la dirigencia, los está llevando al precipicio político, al destruir totalmente y para siempre un proyecto que, en condiciones normales y sin volverse locos, tendría vida en el mediano plazo como fuerza de oposición.

Y, quién sabe, la vida da tantas vueltas que hasta posibilidades de aspirar al poder de nuevo tendrían…

Pero a este ritmo de ‘living la vida loca”, todos pueden terminar recluidos, sea en una cárcel o, en el mejor de los casos, en un manicomio.

Frente a este panorama, hay un país tremendamente cuerdo que, en más de un 85%, se opone a esta seguidilla de locuras y que está decidido a desalojar a estos desadaptados a fin de restituir tanto el Estado de Derecho como la vigencia plena de la Constitución Nacional.

@BHorande