José Alberto Olivar: ¡Que vivan los estudiantes!

José Alberto Olivar: ¡Que vivan los estudiantes!

thumbnailJoseAlbertoOlivarImportante jornada la que se llevó a cabo el miércoles 26 de octubre de 2016, denominada “La toma de Venezuela”. Importante porque ratificó las ganas de luchar de la bravía juventud universitaria venezolana. Importante porque la dirigencia estudiantil resultó ser más coherente y organizada que el liderazgo de la MUD, sin poses ni contradicciones. Importante porque el espíritu de sacrificio que cada uno de los jóvenes pusieron de manifiesto en las principales ciudades del país, revela que el miedo, el conformismo y la desesperanza no han hecho mella en ellos. Más allá de la violenta represión oficial que pretende acallar su digna voz de protesta,  los jóvenes universitarios son hoy por hoy, ejemplo de tenacidad, resistencia y compromiso a favor de la instauración de una verdadera Democracia, no una falsa democracia clientelar, electorera y demagógica.

Son los estudiantes venezolanos los que en estos últimos años han cargado sobre sus hombros el gran peso de la lucha contra el régimen dictatorial que oprime a la sociedad, no desde hace unas semanas, o unos meses atrás, sino desde el mismo instante en el que la constitucionalidad fue asaltada por una banda de delincuentes, que envueltos con piel de cordero, ofrecieron remediar los entuertos del pasado y resultaron peores que sus antecesores.

No obstante, pese a este innegable rol, el liderazgo político que integra la MUD, no les ha otorgado un papel mucho más relevante en su aparato directivo, desestimando el derecho que se han ganado a pulso de participar con sus legítimos representantes, en cualquier escenario de franco diálogo que en su momento llegará la hora de entablar.





En las aulas, la cárcel, el exilio y hasta la muerte, han sido los estudiantes quienes se han jugado el pellejo enfrentando la maquinaria de odio perversamente levantada por la dictadura desde hace más de diecisiete años. Sus líderes no tienen miedo y ya lo han demostrado hasta la saciedad. Da gusto escuchar la contundencia de su mensaje, apreciar su capacidad organizativa y deseo de enfrentar la tiranía sin confusas posturas.

Sus acciones, alimentadas por el ímpetu de sus años mozos, son calificadas por algunos como tozuda y peligrosamente suicida, capaz de arrastrarnos a todos al matadero. ¿Es que acaso, ya no estamos a merced del yugo homicida de un régimen que ceba el delito? En el que solo es cuestión de tiempo y suerte adversa perder la vida de forma inmisericorde.

Se les exige a los jóvenes enfriar sus cabezas, y si bien en ocasiones su natural inexperiencia los lleva a cometer excesos, las más recientes movilizaciones de la Resistencia Democrática, ha generado un efecto contraste que pone en entredicho a quienes se supone deben ser más atinados en la toma de decisiones.

Durante la movilización y concentración en la autopista Francisco Fajardo de Caracas, el 26 de octubre, los estudiantes estuvieron muy por encima de sus referentes políticos. Demostraron que no son la “carne de cañón” de intereses políticos mezquinos. Sus líderes alcanzaron por fuerza de las terribles circunstancias que nos agobia, la madurez para exigir un lugar no decorativo, en la dirección de las fuerzas que forman la MUD.

¡Que vivan los estudiantes! Ellos son por derecho propio los verdaderos líderes de la Resistencia Democrática. Y si quienes se presumen sus regentes políticos continúan con su ambigüedad táctica y estratégica, corren el riesgo de ser barridos por la valiente juventud democrática.