La MUD en calzoncillos, por @pabloaure

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Ya basta de edulcorar el tratamiento que le damos a quienes traicionan a los ciudadanos.





Negociar los alimentos, la libertad, las medicinas y la representación popular es sumergirnos en el pantanal de la humillación, la desesperanza, la calamidad y la muerte. Desde el pasado sábado ese sector de la MUD junto al régimen se convirtieron en “coadministradores” de la miseria, del hambre y de la corrupción.

Ninguno de los que estaba sentado a la mesa de negociación son unos niñitos de pecho. Todos sabían muy bien lo que estaban haciendo. En menos de una semana cambiaron sus discursos. Luego de aparentar una férrea lucha contra el régimen y que lo pondrían contra las cuerdas, días después se bajaron los pantalones y le concedieron al “castromadurismo” todo lo requerido.

La primera farsa; sin fecha del Referéndum Revocatorio para el 2016 y mientras tengamos presos políticos no nos sentaremos a dialogar. Condición dicha hasta más no poder. La segunda mentira,  en un arrebato de algarabía el más veterano de todos, al producirse las sentencias por tribunales penales de instancia que suspendían la recolección del veinte por ciento (20%) para la convocatoria del RR, alzó su elocuente voz y desarrolló la “hoja de ruta de la MUD” Anunció de manera clara e inteligible: Juicio político a Nicolás Maduro por abandono del cargo y nos convocó para Miraflores a entregarle la notificación al producirse las resultas de lo discutido en la AN. Dejó vestidos y alborotados a quienes querían acción. No sé si fue lo correcto suspenderla, pero lo que si considero incorrecto fue hacer la convocatoria y decir exactamente lo que él como político de bastante kilometraje sabía no iba a llevar a cabo. Le habló a las masas, lo que la gente quería escuchar. Es allí donde se producen las decepciones y se siembran desesperanzas.

La posición de Henrique Capriles también resultó patética: amenazó con tomar las calles al vencerse el plazo si no habían soluciones favorables para la democracia. El plazo fue de diez (10) días al comenzar el diálogo. Tampoco pasó nada. Pero como si esto fuera poco, muchos de aquellos que habilidosamente juegan con las esperanzas de los ciudadanos, a quienes pudiéramos calificar de estafadores de las aspiraciones populares, inmediatamente después de darse a conocer los primeros resultados del diálogo, comenzaron a despachar mensajes por las redes haciéndose los acreedores de ese “gran logro”. ¡A otro perro con ese hueso!

Amigos, lo que este fin de semana vimos fue una burla del tamaño de una catedral (valga la comparación por quien sirvió de acompañante).

La MUD reconoció un fraude que no existió en Amazonas (por parte de quienes ganaron), pues aceptó repetir las elecciones donde la oposición las ganó (dicho sea de paso, ninguno de los presentes en el diálogo tienen competencia para convocar elecciones, eso es materia del CNE. Demostración del control gubernamental sobre esa institución). Dejó ver que están de acuerdo que hay sabotaje económico, pues se comprometió en luchar junto al gobierno para combatirlo. El régimen accedió como una gracia del rey, liberar a determinados presos políticos (no se habla de todos). Aquí otra demostración de falta de autonomía de los Poderes, ya que en democracia, quien decide sobre liberar o detener a un ciudadano es el Poder judicial.

Les pido no pierdan el tiempo repitiendo aquella cantaleta de que soy anti-MUD. No soy anti nada, estoy siempre a favor de algo. En este caso de la justicia y de la verdad. Basta de demagogia y de burlas.

Como otro gran logro, fue que el régimen aceptó el nombramiento conjunto de dos (2) de los cinco (5) rectores del Consejo Nacional Electoral a los cuales se les vence el período. Vaya logro. Señores la cuenta seguirá dando a favor del “castromadurismo”. Si ahora la correlación es: régimen cuatro (4), oposición uno (1), luego de ese acuerdo pasará tres (3) a dos (2); siempre teniendo Nicolás Maduro la mayoría.

Preparando la lectura del acuerdo.-

Desde luego, los del régimen no juegan carritos. Y supieron vacilarse a quienes acudieron al dialogo. En una suerte de hacer creer que actuarán conforme a derecho y a la Constitución, esto es que a partir del acuerdo se hará una especie de borrón y cuenta nueva; y desde el sábado ambas partes se comprometieron a respetar las instituciones (como si la MUD también las hubiese desconocido). Esto significa que se respetarán las leyes que sancione la Asamblea Nacional (que de acuerdo al criterio y conveniencia “revolucionaria” no sean inconstitucionales) Pero hay que aclarar que horas antes el TSJ anuló algunos instrumentos y propuestas incomodas. Por ejemplo anularon la reforma de la Ley de Contraloría. Recordemos que esa reforma le quitaba al Contralor la facultad de inhabilitar a los funcionarios sin formula de juicio. Pues bien, la MUD aceptó que el Contralor siguiera inhabilitando. Otro de los asuntos que sentenció el TSJ, fue la imposibilidad de hacerle un juicio político a Nicolás Maduro por abandono del cargo. Esto quiere decir que en ese acuerdo el régimen no solo se burló de los ciudadanos, sino que utilizó para esa maniobra a la MUD que hasta el sábado fue vocera incuestionable de la oposición.

¿Qué hacer?

Lo primero que debemos hacer es ratificar el reconocimiento del régimen de Maduro como una dictadura (muchos prefieren llamarlo tiranía), y, lo segundo, señalar a los representantes que facilitaron la elaboración de ese documento de capitulación, como colaboradores del régimen y como tal hay que tratarlos. Son alcahuetas del dictador. La primera pregunta que nos viene a la mente es ¿A cambio de qué se bajaron los pantalones? La imaginación vuela. Algunos piensan en dólares, pero otros deducen que con ese acuerdo los “MUDPSUVEROS” lograrán mantener sus parcelitas de poder. O sea, cohabitar con el régimen quien seguramente ofreció entregarles como golosina alguna que otra gobernación y alcaldía. ¡Vaya negocio el de estos interlocutores de la oposición en el diálogo!

A pesar de la decepción que pudiéramos sentir, es importante que no perdamos las esperanzas. En el camino van quedando los traidores, pero a la inmensa mayoría de los venezolanos ningún miembro de la MUD o del PSUV (aunque a veces se confundan) les van a hipotecar su futuro condenándolos a vivir bajos los designios de una dictadura.

En los próximos días los indignados deberían concentrarse frente a la Asamblea Nacional  para exigirle a los diputados que continúen con el juicio político contra Nicolás Maduro para terminar de descubrir quiénes son los que tienen pacto con el régimen y quiénes son los que están del lado de los ciudadanos.

Pablo Aure