Nitu Pérez Osuna: Carta a Kiko Bautista

Nitu Pérez Osuna: Carta a Kiko Bautista

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Querido Kiko:

Has sido mi amigo y compañero de trabajo desde hace muchos años. He disfrutado de tu creatividad y manera de aglutinar voluntades para adelantar proyectos. Por eso, porque te conozco bien, me ha extrañado la forma y el contenido del programa “Desengaño o Éxito” que recientemente presentaras a través del internet. Por eso siento que es mi deber hacerte algunos comentarios.





Primero Kiko, no te queda bien ni a ti ni a ningún hombre, ofender a los venezolanos por disentir y, menos aún, a una mujer. Segundo, porque lo que dices de ella es absolutamente falso. María Corina es precisamente todo lo contrario a una estafadora, de hecho, muchos de sus problemas derivan del actuar apegada a sus principios y a su conciencia porque en épocas de incertidumbre -como las actuales- es cuando más hay que aferrarse a ellos, aunque vayan contra corriente. Su actitud, absolutamente nítida y valiente, le ha significado el respeto de la comunidad internacional, pero también le ha originado una implacable persecución y hostigamiento por parte del actual régimen y de algunos factores de la oposición apegados, financieramente, al régimen. Prueba de eso son las fracturas en su cara, su destitución como diputada y la prohibición de salir del país.

Solo una persona directa como María Corina, fue capaz de decirle a Chávez en su propia cara “expropiar es robar”; y solo alguien frontal como ella, tuvo la valentía de decir “Conmigo no cuenten si se acuerda el revocatorio para el 2017″. Así que llamarla estafadora es una monumental mentira, una enorme patraña.

Pero lo más importante, mi querido Kico, es que las críticas de María Corina a la mesa de diálogo no son caprichosas, sino que están muy bien fundamentadas y representan el sentir de la inmensa mayoría de los venezolanos. María Corina no “le está cayendo a golpes” al liderazgo como dices, sino que cuestiona algunas de sus ejecutorias como lo hacemos miles de ciudadanos. Tus posiciones pueden ser válidas…las de ella también.

María Corina pregunta –y con ella muchos venezolanos– ¿Qué pasó con el golpe de Estado que dio Maduro denunciado por la propia Asamblea Nacional? ¿Con la ruptura del hilo constitucional? ¿El juicio político a Maduro? ¿Acaso la AN no prometió su inminente destitución? ¿Por qué la MUD se sentó en la mesa sin que se hubiesen liberado todos los presos políticos? ¿Por qué el comunicado final ni siquiera menciona el revocatorio? ¿Cuál es la justificación para desincorporar los diputados de Amazonas? Estas son preguntas válidas querido Kiko y hacerlas en voz alta no amerita insultos ni gritos, sino explicaciones.

Quienes están dividiendo a la oposición no somos los que cuestionamos este diálogo, sino quienes pactan con el régimen a espaldas del país, como lo vienen haciendo al negociar la marcha del 1 de septiembre pasado o cuando pidieron a la OEA no activar la Carta Democrática y ahora cantan cumpleaños a Tarek El Aissami, al tiempo que nos piden que sigamos esperando, indefinidamente, por un cambio mientras la gente se muere de hambre y de enfermedad.

Dime Kico, sinceramente, ¿tú de verdad crees que quienes se sentaron en la mesa, nos representan? ¿por qué no están allí también sentados Leopoldo López, Antonio Ledezma y la propia María Corina Machado?

Te confieso que me preocupa mucho tu comportamiento, que no es exclusivo tuyo, sino también de algunos dirigentes de la MUD, que en lugar de escuchar las críticas con humildad, se dedican a descalificar e insultar a quienes levantan su voz para exigir soluciones.

Kico, el país no puede esperar más ni puede seguir confiando en quienes hasta ahora han fracasado. Me alarma la posibilidad de un estallido social de proporciones desconocidas y que nadie quiere. Pero cuando el pueblo tiene hambre no sabe medir consecuencias.

Finalmente, lo más preocupante al verte hoy, fue el tono, los gritos y el rictus mostrado. Me recordó mucho la actitud grosera y humillante que mostraba Chávez hacia los disidentes. Entre ellos, tú y yo.

Recibe mi abrazo y afecto de hermana.
Nitu Pérez Osuna.