Antonio de la Cruz: El diálogo en Venezuela permite liberar a 787 cubanos

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Nicolás Maduro frustrado por no lograr la recuperación y estabilización de los precios de petróleo, luego de su fugaz gira por los países productores de crudo (Azerbaiyán, Irán, Arabia Saudita y Qatar) el pasado 20 de Octubre, realizó una visita relámpago al Santísimo Padre en Roma cuando regresaba a Venezuela.





Maduro sabía que después de su gira por los países del Golfo Pérsico los precios de petróleo no incrementarían al nivel necesario para manejar el gran déficit de divisas en el flujo de caja tanto del gobierno como de la estatal petrolera PDVSA. La banda de $60 el barril no se alcanzaría en el último trimestre de este año.  Por el contrario, los precios del crudo se ubicarían en una franja entre los $40-$50 el barril (WTI).

Una situación que complicaría aún más la grave crisis económica por la que atraviesa la gestión de gobierno de Maduro. El país se le escapaba de las manos. Y la solución democrática, constitucional, pacífica y electoral, el referéndum revocatorio presidencial (RR), trazada por la oposición para resolver la grave crisis de gobernabilidad -resultante del triunfo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en las elecciones parlamentarias en el 2015- sería negada.

Precisamente, el día que Maduro partió al Medio Oriente, el Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció que el proceso para recoger el 20% de las firmas del RR, quedaba suspendido hasta nuevo aviso (instrucción judicial). Una acción considerada por la comunidad internacional como un golpe a la democracia en Venezuela, y en consecuencia  sucedía un gobierno de facto. Ante lo cual, Mercosur y la Organización de Estados Americanos (OEA) entraron en alerta para aplicar la clausura democrática y Carta Interamericana respetivamente.

En ese momento, Maduro tenía muy pocas opciones para mantenerse en el poder, si no aceptaba el RR en el 2016. Para evitar esa situación, Raúl Castro buscaría “un milagro” y coordinaría la audiencia privada de Maduro con el Papa Francisco, para que el presidente de Venezuela reforzara la intervención del Vaticano en la mesa de diálogo entre su Administración, la MUD y los tres expresidentes.

De la conversación privada entre Maduro y el Papa poco se sabe. Lo que salió a luz pública fue el llamamiento del Papa a Maduro a “escuchar a los venezolanos”,  y además el Papa deseaba “continuar a ofrecer su contribución a favor de la institucionalidad [del] país”.

En cuanto a lo primero, “escuchar a los venezolanos”, Maduro hizo caso omiso a las mayorías. Ha escuchado solamente a sus acólitos que hoy son una minoría, según los datos de todas las encuestas realizadas en el 2016, y además señalan que los venezolanos quieren mayoritariamente la salida de Maduro de la presidencia.

De lo segundo, “ofrecer su contribución a favor de la institucionalidad [del] país”, se observa un marcado sesgo a favor del gobierno en la narrativa del acuerdo de la Mesa de Diálogo el 12N.

Definitivamente el encuentro entre Maduro y el Papa Francisco ha producido un cambio favorable sobre la permanencia de Nicolás Maduro en la jefatura del gobierno. La eminente salida de la presidencia a través del RR en el 2016 se transformó en “¡Qué nadie se obsesione con procesos electorales que no están en la Constitución!”, es decir, en el 2018 se celebrarían las elecciones presidenciales. Por lo tanto, la urgencia planteada por la MUD para salir de la crisis económica con la aplicación de políticas económicas distintas a las contempladas en el Plan de la Patria deberán esperar 2 años más, si la MUD gana esas elecciones.

El otro que se beneficio con la intervención del Papa en la mesa de Diálogo fue Raúl Castro. Porque logro asegurar por lo menos 2 años más el suministro de petróleo a la Isla. Por ello, ocurrió que “a solicitud del Papa Francisco, el presidente cubano, Raúl Castro, ordenó el indulto de 787 presos”. Un hecho que  llama la atención porque en Venezuela hay más de 100 presos políticos, y el Papa no ha realizado la misma solicitud  -¿será que se lo demandó al que le debe el favor?.

La historia está llena de ese tipo de evento. La última columna de Mary Anastasia O’Grady en el Wall Street Journal sostiene que “Santos [entró] en pánico con la elección de Donald Trump”. Por lo que “el acuerdo del presidente de Colombia con los terroristas de las FARC, que se demoró seis años en negociarse y fue rechazado por los colombianos, quedó “arreglado” en apenas seis semanas”.

En ambos casos el hilo conductor es la mano invisible de Raúl Castro.

Al final, la mesa de Dialogo en Venezuela permite liberar a 787 cubanos.

Antonio de la Cruz
Director Ejecutivo de Inter American Trends @iatrends