Entre 1933 y 1945 estuvo en el poder el Partido Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores, al mando de Adolf Hitler. En ese periodo, y en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, se llevaba a cabo una terrible represión contra los judíos, los comunistas, homosexuales y gitanos.
La mayoría conoce la historia del nazismo, y de los campos de concentración, pero quizá algo que varios ignoran, son los brutales experimentos a los que eran sometidas las personas que se encontraban en esos lugares.
Durante el Holocausto, los nazis torturaban a los prisioneros, en su mayoría judíos. Varios médicos y científicos estuvieron involucrados en estas prácticas, pero sólo 15 de ellos fueron considerados culpables en los juicios posteriores.
Uno de los más temidos de la época era Josef Mengele, que se ganó el apodo de “El Ángel de la Muerte”. Habitaba en el campo de concentración de Auschwitz y gozaba experimentando con niños y personas con alguna deformidad.
Súper niños
Como los nazis estaban obsesionados con la supremacía racial, emplearon niños para experimentar y buscar la forma de hacerlos más fuertes, de ojos claros y de rasgos ajustados al estándar ario.
Gemelos
Estos niños eran utilizados para mostrar las similitudes y diferencias en la genética, tema favorito de Josef Mengele. Una vez inyectó muestras de sangre de un gemelo en su otro gemelo, solo para ver qué pasaba. Cuando ya no le servían, eran asesinados con cloroformo.
Quemaduras
La mayoría se realizaba en el campo de concentración de Buchenwald. Se hacían para evaluar el efecto de preparaciones farmacéuticas en las quemaduras con fósforo. Este tipo de sustancias eran sustraídas de bombas incendiarias.
Veneno
Para investigar el efecto de los venenos en las personas, se añadían estas sustancias a la comida de los prisioneros, por lo que la mayoría de ellos, moría al instante.
Gases
Como los nazis querían conocer a fondo los efectos del gas mostaza y el fosgeno sobre el cuerpo humano, exponían a los prisioneros a estas sustancias para ver cómo reaccionaba su cuerpo. Los gases provocaban heridas que posteriormente causaban la muerte.
Heridas en la cabeza
Era uno de los experimentos más temidos. Ataban a niños y adolescentes para martillarles la cabeza y calcular cuántos golpes podía aguantar un cráneo.
Altura y presión
Los prisioneros eran encerrados en una cámara de baja presión para buscar una manera de ayudar a los pilotos alemanes que debían estar a grandes alturas. De los 200 cautivos sometidos a este experimento del doctor Rascher, 80 murieron.
Reseñó de10.com.mx