Posverdad, por José Luis Monroy

thumbnailjoseluismonroyA usted lo pueden engañar una vez, incluso hasta dos, pero la tercera vez es culpa suya.

Hola que tal mi GENTE,  Cada año, el Diccionario Oxford elige una palabra o expresión que ha atraído un gran interés durante el período. En 2013 fue “selfie”, en 2104 “vapear”, en 2015 fue un emoji y este año el término ganador fue “posverdad” post-truth  Se trata de un adjetivo que “denota circunstancias en que los hechos objetivos influyen menos en la formación de la opinión pública, que los llamamientos a la emoción y a la creencia personal”. Dicho de otra manera, una “posverdad” ocurre en situaciones en las que, aunque debiera primar la razón, finalmente se impone la emoción, la creencia o la superstición. ¿Y por qué esta palabra? De acuerdo a lo explicado por el propio Diccionario Oxford, muchas situaciones políticas que se han registrado este 2016 constituyen una “posverdad” y de ahí que el uso del término durante este año haya aumentado. Concretamente, ocurrieron “posverdades” en la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea (Brexit), el rechazo del acuerdo de paz con las FARC en Colombia y, más recientemente, el triunfo de Donald Trump en las elecciones estadounidenses. “Posverdad ha pasado de ser un término periférico a ser un pilar en el comentario político, frecuentemente utilizado por grandes publicaciones sin la necesidad de ser aclarado o definido”, argumentó el Diccionario.

Leyendo a Pascal Beltrán del diario Excélsior de México me consigo con algo que me llama poderosamente la atención, y se trata de Paul Horner que es un hombre que ha hecho fortuna en Facebook divulgando intencionalmente historias inventadas por él.





Varios de sus cuentos –que eso son– se convirtieron en temas de discusión pública luego de ser asumidos como hechos ciertos por millones de usuarios en las redes sociales.

Por ejemplo, Horner inventó que a los manifestantes anti-Trump se les daba dinero. Para darle verosimilitud a la aseveración, publicó un anuncio falso en Craigslist, en el que ofrecía 3 mil 500 dólares por sabotear los mítines de Trump.

-¿Por qué haría usted algo así? —le preguntó la reportera del Washington Post Caitlin Dewey.

-Sólo porque sus simpatizantes estaban convencidos de que a los manifestantes se les pagaba por protestar en sus mítines. Yo he ido a protestas contra Trump y, créame, a nadie tienen que pagarle por manifestarse contra él. Yo sólo quería burlarme de esa creencia loca, pero prendió. La gente realmente se la creyó.

Como usted ya se habrá dado cuenta, Horner no simpatiza con Trump –“lo odio”, dice en la entrevista–, pero admite que una Casa Blanca habitada por el empresario será buena para su negocio de sátira.

“Puedo escribir las cosas más locas de Trump y la gente las creerá”, afirma. “Creo que él está en la Casa Blanca gracias a mí. Sus seguidores no revisan la información. Suben todo y creen cualquier cosa”.

-¿Por qué 250 mil personas le dieron crédito a la versión, difundida por usted, de que Obama invalidaría los resultados si ganaba Trump?

-Honestamente, la gente no se qué le pasa. Hacen circular todo lo que leen. Nadie revisa ya nada. Así logró que lo eligieran: dijo lo que quiso y la gente lo creyó. Y cuando resultó no ser cierto, a la gente no le importó, porque ya lo habían aceptado. Da mucho miedo eso. Jamás he visto algo igual.

“Las circunstancias que perdonan la deshonestidad se han incrementado mientras aquellas que promueven la honestidad están en retirada” en Venezuela hemos asistido en los últimos días a la gran deshonestidad, hace dos artículos atrás escribí que estamos en el año de la mentira, y ahora sale este termino de posverdad, ¿a ustedes les parece honesto lo que se hizo con la población de este país? ¿y lo que ha ocurrido con el famoso dialogo? aquí mientras negociaban y ponían a la gente a marchar, firmar, y otras cosas más se estaba produciendo la posverdad, la gente ha creído cosas porque hasta allí la han ido llevando, siempre le vendieron un referéndum, que aunque sabían desde un principio que eso no se iba a dar, y así fueron ocurriendo hechos, pero donde entra entonces el asunto de que la gente se lo creyó y el cuento se fue transformando en posverdad pues en el juego que tienen los medios y personas a las cuales la gente sigue a través de distintas redes y fueron repitiendo muchas veces una mentira hasta hacerla creer que puede ser posible a sabiendas al final que no era cierto, pero había que mantener eso en la gente, hasta mantener cautiva la masa, así nos inmolemos todos, ese trabajo siempre lo ha llevado a cabo el régimen y su aparato de propaganda, y también la mud con todos los que le mueven su aparataje a través de redes y medios, utilizan figuras para hacer correr bolas a favor de tal partido, o políticos,  ejemplos tenemos varios, el gobierno con una cantidad de personas que mantienen todo el día posesionando etiquetas en redes sociales, y si es la mud se valen de personas como Leonardo Padrón, Laureano Márquez, Cesar Miguel Rondón, Kico y muchos más alrededor de Henrique Capriles y el #YoRevoco  cuando ninguno de ellos constitucionalmente nunca dieron un argumento creíble del por qué este año era imposible realizar el famoso RR, y así puedo enumerar miles de ejemplos de lo que hoy escribo, falta que ahora vengan y quieran imponer la etiqueta #YoDiálogo.  A usted lo pueden engañar una vez, incluso hasta dos, pero la tercera vez es culpa suya.

Hemos hablado de políticos, plataformas y medios, los ciudadanos deben apreciar las informaciones trabajadas y, por esto, acabarán involucrándose si se les ofrece buen periodismo. Para que se dé esta dinámica positiva es condición necesaria que los periodistas abandonen antiguas pretensiones de superioridad, traten a los públicos como iguales y se comprometan al máximo dando informaciones de calidad: “La verdad es una lucha. Se necesita trabajo duro. Pero es una lucha que vale la pena”.

He ahí mucho en qué pensar antes de que entremos de lleno en próximas etapas electorales

Porque aun antes de que comiencen las campañas ya hay algunas posverdades venezolanas  en circulación.

 

@joseluismonroy