El documento de la sociedad civil, por Chúo Torrealba

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El secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Jesús Chúo Torrealba suscribió en su columna dominical un denominado “documento de la sociedad civil”.





Lea a continuación el texto completo:

¿En qué pueden estar de acuerdo Laureano Márquez, el humorista y politólogo, y Leonardo Padrón, el poeta y escritor, con Evelyn Martínez, lideresa del barrio El Carmen, y Luis Mayorga, activista del barrio El Cardón? ¿En qué confluyeron recientemente el sacerdote jesuita Luis Ugalde y la rectora de la UCV Cecilia García Arocha con Marlene Mora y José Quintero, de la Asociación Civil Pro-Catia? Todos ellos junto a otros casi 700 representantes más de diversos sectores y organizaciones de la sociedad civil venezolana coincidieron en suscribir un documento, denominado “Una Propuesta Ciudadana”, que constituye toda una rareza en el actual clima político y social venezolano.

Por Jesús “Chúo” Torrealba / @ChuoTorrealba / Unidad Venezuela

Ese documento es de un tono inusual porque critica, si, pero también propone; Apoya, por supuesto, pero también exige. El documento respalda a la Mesa de la Unidad Democrática como instrumento del pueblo venezolano para la lucha política por la democracia y la libertad, pero al mismo tiempo le reclama a la MUD mayor coherencia y responsabilidad. El documento de la sociedad civil apoya a la Mesa de Diálogo Nacional como espacio de lucha, pero al mismo tiempo exige que ofrezca resultados y plantea un camino de lucha para lograrlo. A continuación transcribimos los párrafos fundamentales de ese texto que, para el momento en que usted lee estas líneas, ya ha recibido el respaldo de muchísimas otras organizaciones e individualidades de la sociedad civil venezolana:

“UNA PROPUESTA CIUDADANA

Cambio de modelo y de gobierno

El cambio de gobierno y del actual modelo econo?mico y poli?tico de dominacio?n y exclusio?n es urgente. Los venezolanos, sin distincio?n entre opositores y partidarios del gobierno, no merecemos seguir sufriendo. Si el gobierno de Maduro y su modelo continu?an, estaremos condenados a convertirnos dentro de poco en la nacio?n ma?s pobre de Ame?rica Latina, y en uno de los u?ltimos reductos de las dictaduras militaristas del planeta. Cambiar de gobierno es hoy una necesidad impostergable, y es una condicio?n necesaria para atender las necesidades de la gente que hoy no tiene acceso a los alimentos y medicinas, que vive en la angustia permanente de la violencia y la inseguridad, que no ve oportunidades para los jo?venes y los trabajadores, que no les alcanza su salario para mantener a sus familias y progresar, y que le han cerrado sus posibilidades de expresarse y elegir. Este es un grito que retumba en todas las calles y rincones de nuestras ciudades, pueblos, barriadas y caseri?os.
Para cambiar la presente situacio?n so?lo existen dos caminos, el de la poli?tica y el de la violencia. La violencia es excluyente y se reduce a destruir. Y detra?s de ella so?lo hay dolor, al que luego sigue una inmensa y generalizada frustracio?n, ya que la violencia no resuelve ninguno de los problemas que pretende remediar, pero si? agrava los que existen. Es injusto que el destino de un pueblo sufriente sea ma?s dolor y dan?o. Venezuela no puede estar condenada a ello.
El camino de la poli?tica, por el contrario, es complejo porque supone construir. Y en el campo de la poli?tica existe un amplio rango de herramientas de lucha ci?vica: organizacio?n popular, presio?n internacional, movilizaciones, protestas, dia?logo con el adversario, trabajo electoral, huelgas, negociaciones, docencia social e incorporacio?n de la ciudadani?a, por nombrar so?lo las ma?s importantes. Todas ellas son complementarias e incluyentes, y ninguna puede ser dejada de lado. Hacerlo puede significar el debilitamiento y eventual fracaso de la opcio?n poli?tica y, en consecuencia, correr el inmenso riesgo que en su lugar irrumpa la opcio?n violenta.
La lucha por superar la actual crisis, para lo cual el cambio de gobierno y de modelo es condicio?n imprescindible, debe aprovechar todos los instrumentos de la Poli?tica. Debe entonces, en consecuencia, combinar la necesaria presio?n popular y la organizacio?n de la ciudadani?a, con una estrategia agresiva, consensuada e inteligente en la mesa de dia?logo. Estos instrumentos no son excluyentes, sino por el contrario, complementarios.
5. Haber obligado al gobierno a sentarse a dialogar es un triunfo innegable del pueblo democra?tico. Nuestra intencio?n es reforzar la alternativa del dia?logo. Es necesario afrontar esta complicada y desigual fase de la batalla poli?tica, luego del cierre de las salidas electorales, acompan?ados de un testigo de excepcio?n y de ascendencia insuperable, como es el Vaticano, con gran confianza en la fuerza de la ciudadani?a organizada y activada.

Claves del proceso de dia?logo

El trabajo poli?tico en la mesa de dia?logo presidida por la Santa Sede es difi?cil. La negociacio?n sera? siempre asime?trica, porque el poder institucional y de fuerza esta? en manos de la contraparte oficialista. Para que el pai?s democra?tico alcance logros y resultados concretos, hacen falta en principio unidad de criterio y de accio?n.

La unidad poli?tica es ahora ma?s necesaria e imprescindible que nunca. La unidad poli?tica es unidad social, es concordia, pero es, sobre todo, unidad de objetivos y trasparencia en las decisiones. No so?lo unidad de nuestro liderazgo democra?tico, sino la de todos los venezolanos descontentos. Unidad en la movilizacio?n, en la perseverancia y en la estrategia, que implica entre otras cosas enfrentar a la oligarqui?a gobernante con todas las herramientas de la poli?tica. Se requiere un trabajo unitario para maximizar y darle direccionalidad a la inmensa legio?n de los venezolanos ansiosos de cambio, sin lo cual no pasaremos de ser una mayori?a nume?rica,pero poli?ticamente desagregada y desorganizada.

La creatividad y la inteligencia, por el otro lado, son esenciales. Para todos es evidente que el gobierno quiere a la mesa de dia?logo so?lo para ganar tiempo y “enfriar” la presio?n popular, pero nunca para tomarla en serio. Nuestro reto es que esa mesa se asuma como algo serio. Ello pasa, a nuestro juicio, por 4 condiciones:

Asumir un compromiso de apoyo al dia?logo como proceso de negociacio?n poli?tica, con etapas, pasos, tiempos, consolidacio?n de hitos y logros, identificacio?n de alternativas, evaluacio?n de resultados, y con el Vaticano como mediador confiable. Es un proceso donde se pone en tensio?n las fortalezas, en la mesa y fuera de ella, para alcanzar logros tempranos y resultados totales o parciales razonables.

Exigir compromisos significativos y suficientes garanti?as de cumplimiento de logros, que aseguren el respeto a los poderes electos y al voto popular, como primer paso para propender a un cambio de gobierno en el menor tiempo posible, y evitando asi? que se generen nuevas y mayores frustraciones en un pueblo cansado de tanta burla e indolencia gubernamental.

c. Atender con especial e?nfasis el tema de la clara, precisa y oportuna informacio?n y comunicacio?n a los venezolanos y al mundo, asegurando la coherencia en el discurso y, de ser posible, la unificacio?n del mismo, con una eficaz gestio?n de medios, convencionales y electrónicos .

d. Disen?ar y conformar una plataforma de conexio?n orga?nica o de vasos comunicantes entre la MUD, por una parte, como participante directa en la mesa de dia?logo, y los actores, organizaciones y movimientos sociales, por la otra, que son los participantes indirectos en esa instancia.

Al tiempo que se desarrollan estas actividades, directamente relacionadas con la Mesa de Dia?logo, es conveniente que las organizaciones poli?ticas y sociales consideren y adelanten un conjunto de acciones populares que conformen un ambiente favorable para lograr los mejores resultados, como por ejemplo:

Presentar a los venezolanos una propuesta clara que invite a reconstruir el pai?s, sobre la base del compromiso de conformar un Gobierno de Unidad Nacional con todos los sectores, amplio e incluyente, que haga e?nfasis primordial en la atencio?n inmediata a la grave situacio?n social y econo?mica de nuestros compatriotas, y que incluya una propuesta de lineamientos principales del pro?ximo gobierno.

Promover la declaratoria de amplios y diversos sectores y organizaciones no partidistas a favor del cumplimiento de la Constitucio?n, y exigir el respeto a su legi?timo derecho constitucional a protestar y realizar movilizaciones en respuesta a las poli?ticas equivocadas del gobierno.

Convertir la mesa de dia?logo en herramienta poli?tica para la organizacio?n popular, para impulsar la docencia social y la protesta ciudadana. Una forma de hacerlo es debatiendo y discutiendo en asambleas ciudadanas los detalles del proceso, recoger impresiones y recabar cuestionamientos y sugerencias.

Impulsar un movimiento amplio de defensa de la Constitucio?n y la democracia, para ampliar y maximizar las voluntades en favor del cambio poli?tico democra?tico.

Caracas, noviembre de 2016?

27/11/2016 12:01am