Braulio Jatar Alonso, por José Amalio Graterol Jatar

Braulio Jatar Alonso, por José Amalio Graterol Jatar

BraulioJatar23Nov2016

 

La foto de Braulio Jatar Alonso, tras más de 80 días de prisión y tortura blanca, revela un deterioro físico brutal, la tortura blanca no deja evidencia como las chapucerías de la Seguridad Nacional y del gomecismo, es sofisticada, como en la tumba,  el prisionero no ve la luz del día, no se le permite leer y no  tiene contacto con el mundo exterior, la comida se la  arrojan. El cautivo pasa a ser objeto y no ser humano, por obra y gracia de los más retorcidos métodos de martirio, a Braulio le aplican esa técnica dirigida a vulnerarlo como persona humana.





Viene a mi memoria la imagen de su padre, Braulio Jatar Dotti, luchador desde niño por la democracia en Venezuela y quien fue amigo personal de líderes sociales cono Salvador Allende (Chile) Juan Bosch (República Dominicana) y Juan José Arévalo (Guatemala)  tres ex presidentes jamás acusados de torturadores o violadores de derechos humanos. Mientras estos revolucionarios que invocan a Cristo y dicen seguir a Francisco, no respetan al prójimo, ni como persona humana, obcecados impúdicamente en castigarlo por haber difundido Braulio el video de un cacerolazo al mandón de turno en Venezuela.

Braulio nació en Chile, durante el exilio de su padre, aventado por la cruel dictadura  de Pérez Jiménez y recibido en ese país democrático, es hijo de una cubana habanera, Belkis Alonso de Jatar, hija de Cruz Alonso, dueño del Hotel San Luis y quien ayudo hasta su victoria inicial al movimiento  26 de julio y tuvo que huir cuando el castrismo le expropio todos sus bienes. Después de haber generosamente recibido a costa de su tranquilidad, a los perseguidos políticos de los años 40 y 50, de toda América. Le toco emigrar a Venezuela y no poder regresar nunca a Cuba. Vivió la triste historia de millones de cubanos perseguidos, por no pensar igual que el castrismo.

Braulio Jatar Dotti fue amigo y compañero de luchas de los principales dirigentes democráticos de Venezuela y muy especialmente de Rómulo Gallegos ,de quien se convirtió en su mecanógrafo en la novela la “Brizna de paja en el viento” escrita en Cuba y de Andrés Eloy Blanco el insigne cumanés poeta de Venezuela..

Braulio Jatar Alonso es un excelente abogado, magnifico periodista, educador y por encima de todo un buen padre de familia en el más amplio sentido  de la expresión.

Me indigna sobre manera que hayan escogido Cumaná para depositar a Braulio en una ergástula para practicar en él, la conocida tortura blanca, elaborada por psiquiatras tan aberrados como los médicos nazis que hacían experimentos con los judíos en la segunda guerra mundial. Lo  grave de esta perversidad es que apenas en más de 80 días, lo han reprimido a sus anchas, después  que hace un poco más de ochenta años, la historia recuerda el 1° de febrero de 1936 como el día en que fueron arrojados al mar los grillos del castillo de Puerro Cabello, símbolo de tortura del gobierno  de Juan Vicente Gómez, fieros fierros que mordían los tobillos de los hombres que se rebelaban contra Gómez. Mientras el agua se tragaba aquellas herramientas de tortura, brilló la voz cantarina del cumanés  Andrés Eloy Blanco: “Hemos echado al mar los grillos de los pies. Ahora vayamos a las escuelas a quitarle a nuestro pueblo los grillos de la cabeza,  porque la ignorancia es el camino de la tiranía. Hemos echado al mar los grillos. Y maldito el  hombre que intente fabricarlos de nuevo y poner una argolla en la carne de un hijo de Venezuela”.

Con el paso de los tiempos han surgido nuevos métodos de represión, algunos traídos del pasado esclavista de Roma,  como la  ergástula que no provienen de la ignorancia sino que se adecuan a la frase bolivariana de “El talento sin probidad es un azote” No utilizan sus conocimientos para traer felicidad al pueblo sino para reprimir.

Quiero recordar hoy una estrofa de Andrés Eloy que bien le viene a los martirizados y muertos en esta hora fatídica de Venezuela

Madre, si me matan,

Ábreme la herida, ciérrame los ojos

y tráeme un pobre hombre de algún pobre pueblo,

y esa pobre mano por la que me matan

pónmela en la herida por la que me muero

Me lacera el corazón también que hayan escogido a Cumaná,  ¡Ay Cumaná quien te viera,! Tierra  natal del Gran Mariscal de Ayacucho, el más generoso de los soldados de América y más noble, que ante el enemigo rendido le ofreció de inmediato en Ayacucho,  una capitulación digna, Antonio José de Sucre, fue grande como militar, estadista y persona y eso lo encumbra más en nuestra historia. Mancillar su memoria con una mazmorra cruel en Cumaná es la peor ofensa al genial y noble guerrero, en su tierra. ¿Qué diría Bolívar de esa afrenta al Abel de América?

No sé por qué  se sienten ufanos, los personeros del régimen  de ser del pueblo cuando en Venezuela, los niños no comen, las madres sufren al no poderlos curar, los padres entierran a sus hijos muertos  a manos del hampa  y el rebusque en la basura es en “revolución” una forma de vida. Sin embargo, la tortura blanca se hace a la perfección. ¡Que nadie disienta, es la orden! es antipatriótico disentir, aunque los hijos de la patria se estén muriendo de hambre en la miseria.

Quiero recordarle a Braulio con la fuerza que da la inteligencia emocional que tanto le atrae, el poema de Jorge Luis Borges sobre la ergástula

No te arredres. La ergástula es oscura,

La firme trama es de incesante hierro

Pero en algún recodo de tu encierro

Puede haber una luz, una hendidura

El camino es fatal como la flecha

Pero en las grietas está Dios, que acecha