Bernabé Gutiérrez: El modelo moribundo

Bernabé Gutiérrez: El modelo moribundo

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Lo que comienza mal, termina mal, solía decir mi amada madre Cristina Parra de Gutiérrez que Dios tenga en su gloria, y nada más cierto que esta premisa de vida, porque donde no hay compromiso, bases sólidas, sinceridad y pasión, tarde o temprano fracasa en el intento, porque se desvanece en el tiempo. Tal es el caso de la dizque revolución, y es que cuando el Teniente Coronel Hugo Rafael Chávez Frías, se juramentó por primera vez y para desgracia de nuestro pueblo, como presidente de la República de Venezuela ante la Constitución del año 1961, a la cual llamó la “moribunda”, ya comenzó muy mal, porque desconoció un articulado democrático de equidad, justicia e inclusión.

Posteriormente, en 1999 se aprobó una nueva Constitución Nacional, donde supuestamente se soportaban la inclusión, la justicia social y otra verborrea más con la que subestimaron a la de 1961, y de qué ha servido, si ellos mismos se han encargado de ultrajarla y violentarla a conveniencia, porque como buenos dictadorzuelos, no han respetado nuestra Carta Magna en lo más mínimo, y cada día cometen más excesos constitucionales en detrimento de nuestras instituciones y de los derechos de nuestro pueblo. Así que el problema en Venezuela, no ha sido de un patrón jurídico y moral a seguir, sino de un modelo de gobierno moribundo, hediondo a formol y que da sus últimas patadas de ahogado para mantenerse en el poder haciendo de las suyas.





Posteriormente, con la consigna “Patria, socialismo o muerte”, se llevaron todo a su paso, y con esa justificación trasnochada y retrógrada de socialismo del Siglo XXI, pusieron en práctica un plan de exterminio de la democracia y del estado de derecho. Comenzaron de a poquito y aprovechando la efervescencia del poder y del apoyo popular. Manipulando a la gente y sembrando el odio y la división entre hermanos, penetraron todas las estructuras y órganos del Estado, carcomieron la economía del país, se llenaron los bolsillos de dinero mal habido, muchos de los altos jerarcas voltearon sus ojos hacía el negocio del narcotráfico y como el barbarazo acabaron con todo, y hoy vivimos las consecuencias de medidas populistas e impropias que nos condujeron a un atolladero histórico prácticamente irreversible en el cálculo de su daño patrimonial.

Todos recordamos con horror como el presidente fenecido usaba un espacio en cadena nacional, para gritar con jactancia y aberración “exprópiese”, y así más de 5 millones de hectáreas productivas fueron confiscadas o robadas por revolución, comenzaron una cacería de brujas contra el empresariado venezolano, y muchos tuvieron que bajar sus santa marías y salir despavorido de esa declaración de guerra a muerte. De manera obsesiva Hugo Chávez se empeñó en acabar con la clase media y trabajadora del país; de igual forma acabó con la independencia de poderes y la institucionalidad, la Fuerza Armada Nacional la convirtió en un brazo ejecutor de su política y así todo lo construido por la democracia venezolana, lo echaron a un lado como chatarra, ofreciendo un paquete social que terminó siendo el fraude más grande de la historia venezolana.

No hay mal que dure cien año ni cuerpo que lo resista, y bueno sabiéndose muerto en vida por un Cáncer fulminante que migró su ser, nos dejó como castigo y un recordatorio para no olvidarlo jamás, a su hijo “bobo” Nicolás Maduro Moros, y como era de esperarse, peor ha sido el remedio que la enfermedad. No obstante, la farsa construida por el presidente fenecido casi en 15 años, éste lo echó a la borda en menos de lo que canta un gallo, quedando desnudo ante Venezuela y el mundo ese proyecto socialista en extinción. Hoy son muchos los que anhelan volver al pasado y no haber votado jamás por esta estafa, y otros los que añoran los gobiernos democráticos. Pues bien, una cosa es cierta, no hay vuelta atrás y por algún designio debíamos vivir este trauma, para valorar y apoyar nuestra democracia por encima de todo.

Hoy estamos en una etapa decisiva y definitiva en nuestro país, porque la gran mayoría de venezolanos exige un cambio inmediato y urgente en la conducción política del país, para dar paso al progreso, al bienestar, al rescate de nuestra democracia y de nuestro estado de derecho, hoy sometido y en riesgo por unos bárbaros que usaron el poder para beneficiarse y para hacer de los pobres cada día más pauperrimos y en el olvido.

Este modelo moribundo tiene sus días contados, y más temprano que tarde y por la vía democrática, civil y pacífica, vamos a sacar con votos a Nicolás Maduro de la Presidencia de la República y en Venezuela volverá la luz para siempre y dejaremos en las catacumbas esa oscuridad en la que nos sumergió la Revolución del Siglo XXI.

Bernabé Gutiérrez

Secretario Nacional de Organización

Acción Democrática

@adbernabe