Venezolanos sobreviven en la ciudad más peligrosa del mundo

Venezolanos sobreviven en la ciudad más peligrosa del mundo

violencia inseguridad reuters

Hay escenas cotidianas que nunca dejan de sorprender. Estás frente al volante, atrapado en el tráfico del mediodía, y de pronto sientes un golpe en la ventana. Un motociclista golpea el vidrio con el cañón de una pistola mientras exige: “El teléfono o disparo”. Una amenaza similar se repite, con un puñal próximo a las costillas de alguien, en medio del barullo a la salida del metro.

Por Cristina Marcano / El país de España





Un tranquilo día feriado, sales por una hamburguesa. Estás a dos cuadras de una comisaría policial en una zona bien. Un coche de cristales negros te pasa y frena ante un semáforo en rojo. Otro auto te bloquea por detrás. Dos tipos armados se bajan y te apuntan. En segundos, eres víctima de un secuestro express, uno de los delitos más comunes y traumáticos del amplio repertorio venezolano.

Vas a visitar a un amigo. La calle donde vive está bloqueada por una barrera. Una cámara graba la placa de tu coche. Otra, tu rostro mientras exhibes tu documento de identidad. Por un momento, eres un presunto delincuente. El guardia privado llama para recibir autorización y te deja pasar. La primera vez, resulta indignante. Luego, intentas comprender: ¿cuántas cosas habrán pasado en esta calle?

Pocos países te pueden hacer sentir, tan a menudo, como un animal. Pocos, tan primitivo, indefenso y acechado. En Venezuela vivir con temor es imprescindible. No puedes descuidarte un segundo. Nos desplazamos en esta jungla como ciervos acosados por depredadores implacables. Aquí, el canal Animal Planet podría documentar, abundantemente, la coreografía del miedo en nuestra especie.

Cuando el venezolano sale de su refugio, automáticamente, entra en estado de alerta. Su lenguaje corporal refleja el nerviosismo de los seres vulnerables, de quienes saben que cada día corren el riesgo de convertirse en la próxima víctima.

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