“Un diplomático es un hombre muy honrado, al cual se le manda muy lejos a mentir en bien de su país.” Henry Wotton
Supe por los medios de comunicación los hechos que suscitó la Canciller, Delcy Rodríguez, (https://www.youtube.com/watch?v=ObC-GwWNMeQ), “por arrocera y peora” -Adriana Vigilanza dixit-, según ella fue agredida por un policía argentino al tratar de ingresar a la cita del Mercosur, la XI Reunión Extraordinaria del Consejo del Mercado Común (CMC). ¡Sopesa! Los representantes del país anfitrión, Brasil, Paraguay y Uruguay le hicieron camonina, despreciaron su presencia desapareciendo de lugar.
No sé qué pensar con estos hechos, según la versión oficial a nuestra canciller la sacaron a patadas de la Cancillería en la calle Esmeralda de Buenos Aires, para otros, fue una pataleta de la hermanita de Jorgito, un berrinche de esos que hace i que para dejar bien parado al pueblo venezolano, habrase visto… El lugar de los hechos no se trataba de la Sede de Mercosur sino de la Cancillería de la República Argentina, la cual actuaba como anfitrión del encuentro de cancilleres, al cual expresamente no invitaron a Venezuela. La sede de una Cancillería viene siendo la Embajada Máxima de un país, si se tiene en cuenta que todas las embajadas están bajo su jurisdicción. ¡Qué VERGUENZA tan infinita! Razón tendría mi colega Vigilanza. Me extraña que Argentina no haya llamado a consultas a su Embajador en Venezuela, que según Diosdado debería ser expulsado del país.
Obviamente, detrás del perfil oscuro de su personalidad, Delcy viene acumulando un rosario de actitudes al margen de la ley, su conciencia la traiciona, no puede seguir ocultando su procedencia, su origen, y de la noche a la mañana, sin más ton ni son, se quita la máscara y queda al desnudo ante la opinión pública como preclara expresión del lumpen que ahora mira de reojo, ciertamente, como una “peora”, lo que siempre ha sido en su accidentada y flatulente vida. Por eso siento es lástima por ella, una mujer descalificada por ser hija de un hombre que vincularon con el secuestro del empresario William Frank Niehous, (https://www.youtube.com/watch?v=yQ16h0NEc0E) lo cual nunca se pudo comprobar, además ella no debe cargar con esa culpa de su padre, muy bien lo dice La Biblia Ezequiel 18:20, “El hijo no cargará con el pecado del padre, ni el padre cargará con el pecado del hijo”, por eso les digo, no la juzguemos por ese hecho, pero sí debemos reprochar su conducta marginal.
Lo de la pobre Delcy muchos dice que es pena ajena, algo parecido a la indecencia, si no te invitan a una fiesta, te vas a presentar con tu cara bien lavada, luego, si no eres bienvenida, no te quejes ni armes berrinche, que es lo que esta haciendo Delcy con sus amiguitos, quienes tampoco la están defendiendo a capa y espada. Lo que está es terminando de rayar al narcoestado y a nosotros, a todos los venezolanos, por permitir que una bestia como ella nos represente internacionalmente. Ya lo dijo el diputado de la Asamblea Nacional, Williams Dávila, quien tildó de irresponsable las declaraciones de la pobre Delcy, conminándola a asumir su puesto y respetar al Mercosur. Alto difícil le resultará sí la sacaron a patadas como ella dice. Por eso y otros motivos más, muchos le cantan (https://www.youtube.com/watch?v=9obV__MFMaY) a la pobre Delcy la canción de Paquita la del Barrio, rata de dos patas: “Rata inmunda /animal rastrero /escoria de la vida /adefesio mal hecho…”, esta reacción es producto de que el oficialismo no respeta a nadie, ejemplo extremo de ello es que nos arrebataron el derecho como pueblo soberano a decidir un cambio del gobierno que la misma Delcy representa. Además de eso, vean como la Asamblea Nacional, que forma parte del Estado Venezolano, es agredida a diario por la camarilla narcorrupta que mantiene a Delcy como Canciller, no le dan ni reconocen el puesto que le corresponde al legislativo, le anulan sus competencias como la del juicio político a Maduro, pero como les encanta ser reconocidos en sus derechos en otras naciones y organizaciones donde ya no pueden apabullar a nadie, lo ancho para ellos y lo angosto para los demás.
Un forista expresa magistralmente los sentimientos encontrados en torno a la Pobre Delcy, tal como él lo dice lo reproduzco: “Es difícil -si no imposible- hacerse un juicio sobre la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, pues su insignificancia llega a ser tan insignificante, que ni siquiera este filón caro a los humoristas y panfletarios, resulta redituable. Sin embargo, si me esforzara por descubrirle un rasgo distintivo, característico, yo diría que es su afán inútil por hacerse notar, llamar la atención, porque alguien se fije en aquel tropel de ruidos incoherentes que, con mucha compasividad, podríamos llamar “palabras”. Si, palabras, aunque tan viejas, anacrónicas y huecas que cuesta entender en que idioma, tiempo y lugar se pronuncian.
Y ahí está precisamente su pegada, porque, por más desconectada que luzca aquella voz de quienes la oyen, siempre habrá curiosos que empezarán a preguntarse si lo que oyen es verdad o mentira, sueño o pesadilla, ciencia o ficción. Puede haber, sin embargo, quien la tome por reírse, como sucedió en el Consejo Permanente de la OEA, cuando, habiendo confundido los conceptos de “moción de orden y orden del día”, los cancilleres la celebraron con rotundas carcajadas. Lo que si no es para reírse -ni sonreírse-, es cuando se lanza a decir retruécanos sobre los clásicos del marxismo, el pensamiento de Kim Il Sung y la revolución cubana, sin duda aprendidos en el programa “La Hojilla” del filósofo barato castrochavista, Mario Silva…”. Sé que hoy a la pobre Delcy algunos de la oposición la están siquiatrillando por sus hechos, pero lo que uno siembra eso es lo que recoge, lo dijo muy bien Jesús de Nazaret en el evangelio de Mateo 7:2 “…con la vara que midas serás medido…”
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