Unidad de los demócratas o victoria de la dictadura, por Leonardo Fernández

thumbnailLeonardoFernandezLas últimas semanas demuestran que el presidente y su entorno implementan medidas sin reflexionar en las consecuencias que pueden traer para la población. La decisión de sacar de circulación el billete de 100 en 3 días, dejaron a una población confundida, humillada y sin dinero.

Ante este nuevo ataque del gobierno  los ciudadanos se encontraron huérfanos de una voz clara que los defendiera, los organizara y encausara. La reacción popular fue espontanea ante el vacío de liderazgo. ¿En medio de esta crisis qué hace el liderazgo opositor? Lamentablemente la respuesta es que en muchos casos se, encuentran distraídos en atacarse mutuamente.

Las diferencias entre los partidos y líderes de la MUD son naturales, se trata de una coalición donde no existe el pensamiento único. Todas las coaliciones que han enfrentado dictaduras han sido heterogéneas, en la Junta Patriótica contra Pérez Jiménez convivían AD y PCV; en la Concertación contra Pinochet  actuaban los socialistas y los democristianos partidos en otrora irreconciliables; contra la Junta Militar Argentina tuvieron que luchar de la mano peronistas y radicales.





Todos ellos tenían sus diferencias, pero a todos los unía la lucha contra unos tiranos, que sometían a sus pueblos y cometían crímenes atroces con tal de sostenerse en el poder. En la Venezuela de hoy, luego de lo costoso que fue forjar la Unidad, parece que hay actores más interesados en sembrar la discordia que en contribuir con la salida de la crisis.

Todos los partidos han tenido actuaciones reprochables en algún momento y ninguno debe estar exento de la crítica, pero cuando se cruza la línea hacia el ataque descarnado entre quienes buscan un objetivo común, se termina obstaculizando la causa libertaria.

Las dictaduras, que controlan las armas, los tribunales y las instituciones del Estado, son muy difíciles de combatir, pero se vuelve imposible si quienes la hacen, diluyen sus esfuerzos en conflictos internos.

La pelea entre un grupo de campesinos y esclavos venezolanos contra el Imperio Español parecía imposible y lo fue mientras las fuerzas patrióticas se empantanaban en disputas por el liderazgo. No fue hasta que los españoles tuvieron frente a si, una Nación unida cuando logramos conquistar la independencia.

La Unidad no es solo una consigna, ni un símbolo en épocas electorales, tiene que ser un principio básico si queremos derrotar al grupo que concentra todo el poder.