Domingo Alberto Rangel: ¿Qué hay tras la salida de Merentes?

Domingo Alberto Rangel: ¿Qué hay tras la salida de Merentes?

El viejo amigo de Nicolás Maduro no soportó que lo dejaran en ridículo ante sus compañeros de trabajo…

A pesar de los apostadores el docto Merentes no podía sostenerse en el cargo a pesar del silencio por parte de la oposición, que no lo mencionaba en sus reclamos, asustados sus directivos, no fuese a suceder que al ahora exPresidente del BCV le diera en un arranque suicida por publicar la lista de quienes según Giordani se robaron “20. 000 millones de dólares” en tiempos de vacas gordas.
Y curiosamente en un país donde los dirigentes de la política tradicional, a diario moralizan cual émulos de Savonarola, a Merentes nunca le hincaron el diente ni los parlamentarios opositores, ni los que aún militando en el Polo Patriótico se cuentan entre los decentes. En otra sociedad habría bastado para mandar a Merentes a las duchas, el escándalo de las menores de edad cuyos aumentos mamarios fueron cancelados merced a los ardides financieros del Presidente del BCV.

Tras 18 años de revolución somos otra cosa los venezolanos y no es asunto de lamentarse sino de hacer algo práctico como predicar con el ejemplo y predicar la decencia, el respeto y la austeridad que ahora se impone tras dilapidar nuestra sociedad la mayor oportunidad que tuvo pueblo alguno al sur del Río Grande.
Bien, pero entonces: ¿Por qué botan a Merentes y qué se puede esperar en adelante?





El Presidente del BCV tuvo un fuerte impasse con el vicepresidente, tal como de primicia lo anuncié hace algunas semanas: Fue una visita inesperada al punto que Tareck El Aissami cruzó a pie la avenida Urdaneta. Se escucharon discusiones con voces airadas y todo terminó con un fuerte portazo, seguido de palabrotas, según nos contaron testigos presenciales hace unas semanas.
Se supone que El Aissami y Merentes discutieron a causa de la negativa por parte del BCV a entregar el listado donde están los nombres de quienes realmente recibieron dólares, según dijo Giordani una vez sacado de su cargo como planificador de la catástrofe.

Merentes no iba a entregar esa lista a sabiendas de que a lo único que le temen los altos mandos del gobierno y de la oposición también, es a las pruebas que ventilen la corrupción de ellos mismos o de sus parientes y financistas que en ese caso tendrían que huir del país dejarían de ser “útiles”. Juren que ese fue el motivo de aquel portazo pero no por ello renunció Merentes.

¿Entonces, qué pasó?

El Presidente del BCV a pesar de las consejas sigue siendo un hombre sencillo que vive en Los Jardines de El Valle donde conoció a Nicolás Maduro y si el siquiatra Jorge Rodríguez no hubiese abandonado la profesión quizás podría explicar él mismo, que para Nelson Merentes fue una traición el que en diciembre su amigo, el Presidente, lo hubiese dejado en ridículo cuando decidió adelantar el cambio de billetes y sacar de circulación al marrón de 100 bolívares… sin siquiera avisar.
En ese entonces Merentes calló pero puso mala cara esperando que las cosas se enderezaran. No fue así.

Una medida politiquera, no económica y menos aún financiera, llevada a cabo sin ninguna planificación, tenía que terminar en un desastre cuyas consecuencias pagaría Merentes. Y así fue.

Al BCV le tocó dar la cara ante los impresores londinenses y suecos, a los que aún no se les han cancelado los honorarios por el llamado “nuevo cono monetario”. Al BCV no se le escuchó cuando sus técnicos advirtieron la estupidez que es acuñar monedas de a 100… cuando circulan billetes de la misma denominación.
Pero esa tampoco fue la gota que rebasó el vaso.

A Merentes hace poco le advirtieron los ministros de Planificación y de Finanzas que debía rebajar un 70 % los sueldos de sus empleados. A esta propuesta que se trasmitió como si los ministros fuesen sargentos y Merentes un recluta… el ahora ex presidente del BCV respondió algo que se cae de maduro… “la Constitución es clara y el BCV es autónomo para fijar los sueldos de sus empleados”.

No obstante Merentes, creyendo tener apoyo de su amigo Maduro, negoció una rebaja del 40 % y así lo trasmitió al personal del BCV.

La reacción de un gobierno malcriado y mendaz –pregúntenle al Vaticano y a sus obispos- fue mandar al TSJ a escribir una “aclaratoria” que se hizo de manera express, estilo siglo XXI: La Sala Constitucional cocinó una sentencia según la cual la Constitución dice una cosa pero en realidad los constituyentes quisieron decir lo contrario y en adelante los sueldos del BCV los fija el Ejecutivo.

¡Esa fue la gota que derramó el vaso y Merentes desautorizado ante su personal renunció!

Moraleja, porque para algo debe servir esta opereta.

A prepararse la gente de bien que aún somos mayoría: No van a faltar supuestos opositores que reciban a Merentes con los brazos abiertos, que lo inviten a sus programas como en meses pasados hubo gobierneros y naúfragos del Puntofijismo que estaban dispuestos a compartir tarima con el general Rodríguez Torres, otro poderoso del chavismo, que calló en estos años y que munido de fondos e información chantajista pretende ser una esperanza.

No, esa gente tendrá todo el derecho a vivir sobre la tierra… pero no a venderse como esperanza porque ni ellos ni los naúfragos lo son.

¿Qué nos viene?

Más del mismo libreto: Los burócratas del BCV que saben hacer funcionar la maquinaria del ente emisor serán sustituidos y para eso colocan allí a Sanguino.
Serán sustituidos por recomendados de los CLAPS o de cualquier otra mentira que invente un gobierno que ha llevado al país a la pobreza más extrema.

En el BCV vienen malos tiempos: No habrán explosiones de refinerías porque allí no se trabaja con petróleo como en la PDVSA rojita, petrolera donde por el salario de un burócrata bien entrenado contrataron tres o cuatro recomendados del partido… queda por ver si un Banco Central como el que viene podrá hacer más daño del que con mala mano dirigió Nelson Merentes.