La última decepción de la MUD Por Carlos Flores / @CarlosFloresx

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Señores líderes de la MUD (¿Mes de la Unidad Democrática?). Les tengo una noticia: desde ayer oficializaron ser chavistas. Así de simple. Sin ironías ni sarcasmos ni juegos de palabras. Ayer se burlaron de los venezolanos con la misma dosis de surrealismo, desfachatez y deshonor que solo hemos visto en las acciones realizadas –siempre para mal- por aquellos seres nefastos integrantes de la mafia que controla el poder en Venezuela.

El día lunes, Julio Borges anunció que el martes a mediodía se realizaría una rueda de prensa para –versión corta- presentar la nueva MUD y todas sus bondades (desde agenda lucha hasta un supuesto plan de ¿gobierno?). Pero esto no ocurrió. Hubo suerte de maremoto interno –porque como ya todos sabemos, en la “unidad”, hay todo menos eso- y entonces apareció Chúo Torrealba para anunciar el chiste del día -chiste, por cierto, que más allá de risas, desató un espiral de insultos y decepción-: la creación de una “junta reestructuradora de la MUD”. Y de ahí en adelante, aquello fue como escuchar otra maligna idea elucubrada en un cerebro chavistoide.





¿Saben? Yo quisiera escribir sobre los pasaportes, claps, el nuevo vicepresidente (que seguramente será el nuevo presidente), el show del TSJ, hambre, necesidad, dolor, enfermedades… y las mil millones de penurias que pasamos los venezolanos al vivir en esta DIC-TA-DU-RA. Pero de esos males se trata, justamente, una dictadura. Y es para que podamos salir del régimen y salvemos a la Venezuela que se derrite, ante nuestros ojos, como una vela en medio de una noche fría y amarga, que debo –debemos- presionar a los que decidieron (nadie los obligó) llevar la banderita del liderazgo político opositor. Ellos nos han pedido hasta el cansancio que les creamos, que salgamos a marchar, que le confiemos el voto… nosotros hemos cumplido… ¿y ellos?

Repito: el país se derrite. Y nosotros también.

Pienso que lo peor que le puede ocurrir a un dirigente político es olvidar que está ahí para servir y representar a un grupo de ciudadanos. Es decir, la desconexión, el aislamiento en cúpulas insonorizadas. Y eso es lo que está ocurriendo desde hace rato.  Los partidos que comandan la MUD se han convertido en un pinchazo de heroína al que nos hemos hecho adictos: nos sedan con promesas que deseamos escuchar y cuando la fábula se disipa entre la áspera realidad, estamos adormecidos por el letargo de la droga. Y luego, se sigue repitiendo la dosis, pinchazo tras pinchazo: “saldremos de Maduro en seis meses; este año revocatorio; liberaremos a los presos políticos; marcharemos a Miraflores” y un largo y patético etcétera que siempre comienza con: “¡Ahora sí!”.

Entonces escucho las voces de los intelectuales, sociólogos, psicólogos, politólogos y el esto de “logos” que repite: “es que ellos son lo que tenemos, hay que apoyarlos, unirnos”. Y ahí es cuando siento un poco de asco… porque yo sé que eso no es “lo mejor que tenemos”… Porque yo sí he visto lo mejor de este país. Y no es Chúo ni Ramos Allup ni Borges ni Capriles ni Falcón ni Rosales…ellos son ese patuque que complica y aturde, pero que no ayuda a salir del problema.

Por cierto, ayer escuchaba el programa de radio de Marianella Salazar. Ella conversaba con Manuel Malaver (a quien considero amigo y ex compañero de la revista Exceso). Y fue como una bocanada fresca de sentido común, en medio del trágico silencio adoptado por periodistas, comunicadores, comentaristas y medios que no se atreven a criticar el desastroso desempeño de la AN, MUD y cualquier otra sigla “opositora”. Así que mi aplauso para los pocos… estaba a punto de decir “valientes”, pero es que no se trata de valentía, se trata de hacer lo que se supone que DEBEN hacer. ¿O acaso olvidaron de qué se trata el periodismo? Todo esto forma una horrible ecuación: dictadura + oposición colaboracionista + periodistas mudos = sufrimiento eterno.

“Hay una profunda y completa convicción de todos los sectores de la MUD sobre la reestructuración de la coalición y de seguir avanzando juntos”, fueron las palabras de Jesús Torrealba. Pues, imagino que se refería  a seguir avanzando a las puertas del infierno, porque no veo otro tipo de avance. Y cuando el propio Chúo anuncia que él estará en la “junta reestructuradora”, junto a Juan Carlos Caldera, Enrique Márquez y José Guédez, se repite el accionar chavista. Es decir, es idéntico a lo que hizo Chávez/hace Maduro: esa rotación de los mismos truhanes de aquí para allá, condimentando y aumentando el caldo de cultivo donde hierve la catástrofe.

Por cierto, no conozco a Juan Carlos Caldera y de repente es excelente persona, ama a los gatos y cuida a los pajaritos, pero cuando me lo nombran, solo recuerdo el Rupertivideo. Entonces, ¿qué clase de señal envían al país cuando el propio Chúo se nombra a sí mismo como integrante de esta junta y añade a Juan Carlos Caldera? Porque Jesús Torrealba falló. Y cuando Caldera aceptó los reales de Ruperti, también falló. ¿Y ellos van a reestructura la MUD para salir de la dictadura? ¿En serio? Aquí lo más honorable sería que Jesús Torrealba diera un paso atrás, renunciara, asumiera su responsabilidad. Sería un gesto digno de aplauso. Pero, ¡baj!, qué puede importar el honor en estos tiempos. Y todo quedó como ya Chúo nos tiene acostumbrados: un pre anuncio de lo que hará la MUD: “en al menos una semana se presentará el plan de gobierno y de lucha”. ¿Tendrá las mismas consecuencias exitosas de la semana que esperamos para ir a Miraflores? ¿O las semanas que esperamos por el Vatidiáalogo?

Y, en algún rincón de esta oscura habitación, hay líderes políticos que no se atreven a decir lo que sienten, por miedo al costo político, por temor a perder financiamiento (el billete, pues)… ¿Costo político? ¿Y qué pasa con el costo nación? ¿Qué pasa con la ética y el respeto? ¿Qué pasa con la decencia? Porque les adelanto algo, olvídense de costo político y de la gente que le mete real a sus organizaciones, porque si seguimos por este camino, nada de eso importará. Bye, bye partidos… bye, bye fantasías sexuales con la presidencia de la república.

Escuchen al país. Escuchen a la gente. ¿Alcaldías, gobernaciones? No. Fin de la dictadura. Pero, ¿cómo podría entender esto un político, considerando que los partidos solo se crean y respiran para obtener cargos de representación popular (elecciones, ganarlas, las que sean)… Entonces antes que salga el primer cabeza hueca por ahí a soltar el: “Ajá, ¿y tú qué propones?”. Lo adelanto: lo único que merecen los partidos que comandan la MUD es que le demos la espalda, que despertemos y no sigamos creyendo fábulas heroinómanas; porque la política en este país está muerta. ¿O acaso no fue el diálogo el mejor ejemplo de ello?

Pero no olvidemos algo, lo más importante: somos millones, ¡millones!, los que tenemos el poder para que esto finalice… con o sin MUD.