En el marco del foro en torno al pensamiento petrolero de Manuel R. Egaña, realizado ayer 15 de febrero en la Universidad Simón Bolívar, el economista Luis Xavier Grisanti, afirmó que “los regímenes dictatoriales terminan creando monopolios de grupos ligados al gobierno, excluyendo al resto de la sociedad. Los únicos empresarios privados que se benefician son los amigos de la dictadura”.
Nota de Prensa
“Las dictaduras convierten a los individuos en súbditos del régimen y ello va en contra de la noción de libertad individual que fue la conquista más grande de la civilización occidental”.
Sobre la influencia de las ideas y acciones de Manuel R. Egaña, importante figura pública del siglo XX, Grisanti precisó que: “Manuel R. Egaña fue el precursor de la economía social de mercado en Venezuela. Bajo esa perspectiva, Egaña estaba convencido que el Estado debe solo intervenir en los asuntos económicos para evitar distorsiones, no para hacerse dueño del capital. El Estado no debe convertirse en productor porque atrofia las fuerzas del mercado”.
“La intervención del Estado debe ser para fomentar al sector privado, no para ahogar al empresariado, a los que producen capital. El Estado tiene que promover el crecimiento económico en conjunto con el empresariado”.
“Egaña era partidario de emplear la renta petrolera en la creación de infraestructura y así fundamentar el desarrollo económico. Admitía la posibilidad del endeudamiento público, solo para reproducir capital, no para fomentar el consumo”, acotó Grisanti.
Por último y en referencia al manejo de la economía de los últimos años, Grisanti indicó que Los fondos recabados del último boom petrolero fueron subsionados en detrimento de la capacidad operativa de la industria petrolera. Es un principio reconocido, y así lo expuso en su momento en sus escritos Manuel R. Egaña, que no puede dejar de invertirse en la optimización de la capacidad instalada de la industria petrolera.
“La economía venezolana no fue capaz de asimilar la abundancia de recursos que deparó el boom petrolero. Por el contrario se impuso la práctica de no producir e importar todo lo que se necesite”, finalizó Grisanti.