Carlos Tablante: Lilian y Mitzy

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Son los nombres de dos valientes que representan la dignidad de la mujer venezolana. Ellas, las esposas de Leopoldo López y Antonio Ledezma, no dejan de luchar ni un solo día, junto a sus familias, por lograr la libertad de sus compañeros y de todos los demás presos políticos.

Este fin de semana, en medio de actos de solidaridad en toda Venezuela y en varios países, se cumplieron tres años del injusto encarcelamiento de Leopoldo y dos de la detención de Antonio. Ellos están presos por expresar a viva voz lo que millones de venezolanos piensan y a diario reclaman: Que los niños mueren de desnutrición y los adultos enferman por hambre. Que no hay medicinas para nadie. Que cada día los delincuentes asesinan a más personas. Que no hay empleos dignos y los que existen no dan ni para comer. Que el servicio eléctrico y de agua continuos y de calidad son lujos al que cada vez acceden menos. Que nuestros jóvenes se van del país porque aquí no hay espacio ni para el emprendimiento ni para la innovación. Que el Estado de Derecho ha sido sustituido por un estado delincuente. Que la dictadura de la corrupción reprime y aplasta a la libertad de expresión con absoluta impunidad.





Por esto protestaron Leopoldo y Antonio. Ellos fueron la voz de los que no tienen voz. En febrero de 2014 clamaron por el cambio urgente que con desesperación necesita Venezuela y que todos exigimos. Por eso están presos, como lo están otros cien venezolanos: Diputados, alcaldes, concejales, estudiantes, líderes comunitarios y hasta militares. Por eso hoy Venezuela tiene exiliados. La represión del autócrata es brutal. No respeta los derechos humanos básicos de los presos políticos y mucho menos a sus familias, también convertidas en prisioneras del régimen.

Leopoldo y Antonio tienen en sus esposas, Lilian y Mitzi, el apoyo incondicional de dos mujeres valientes, irreductibles – como ellos – que no han dudado en tocar con una gran dignidad las puertas de todos los partidos políticos, religiones, instituciones y personalidades en decenas de naciones. Lilian y Mitzi se han reunido con el Papa, con presidentes, ex presidentes, ministros, parlamentarios, premios Nobel, artistas e intelectuales de todas las nacionalidades, razas, credos e ideologías. Lilian y Mitzi han enfrentado maltratos, amenazas y riesgos con el coraje que caracteriza a las mujeres venezolanas que se esfuerzan y sacrifican por su familia. Ellas no se doblegan ni se rinden. Como tampoco lo hacen los padres e hijos de nuestros presos políticos. Son un ejemplo para todos los venezolanos que claman por un mejor país.

El sacrificio de nuestros presos políticos y sus familias nos convoca a todos a seguir en la lucha con más unidad y más fuerza para juntos alcanzar las metas de justicia, libertad, progreso y bienestar que soñamos.

Tenemos que seguir luchando por la libertad de todos nuestros presos políticos. Debemos exigir que se active la Carta Democrática propuesta por Almagro, el secretario general de la OEA, para iniciar un verdadero diálogo que convoque a la realización urgente de elecciones libres y sin presos políticos, dándole así plena vigencia a la Constitución, para poder concretar sin traumas mayores la rebelión electoral y lograr con el voto el cambio que reclama el país.

Son tareas que no podemos abandonar, unidos y con la fuerza de la esperanza.

@TablanteOficial