Omar Villalba: La libertad de expresión, un derecho en peligro de extinción

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Los derechos humanos son uno de los principales logros del mundo occidental, racional y civilizado. Y entre ellos, que evolucionan a pasos agigantados a medida que el mundo se complejiza. Uno de los derechos primordiales, junto al derecho a la vida, es el derecho a libertad de expresión.





La libertad de expresión fue uno de esos derechos por los cuales la humanidad ha derramado mucha sangre. Es un principio controversial, que por regla general es poco comprendido, pues suele puede dar pie a malos usos; existen muchas personas inescrupulosas, las cuales nunca dudaran en usar para sus oscuros propósitos. Propósitos indetenibles de forma abierta, especialmente si no se desea violar, en el sentido más estricto a este principio. Claro ejemplo de esto ocurre en Estados Unidos, donde las acciones y protesta de grupos racistas y promotores del odio como son: el KKK, están protegidos por la Constitución la cual ampara el derecho a expresarse.

Otras de las distorsiones generadas por el mal uso de este derecho se encuentran cuando algunos confunden la libertad de expresión con el libertinaje. El primero consiste en expresarse abiertamente, pero sin vulnerar al prójimo y haciéndose responsable de las acusaciones o de lo que se dice. Mientras que el libertinaje consiste en decir aquello que te plazca sin acatar las eventuales consecuencias. En Venezuela, en su momento, el libertinaje de expresión se impuso, siendo el gobierno el principal promotor de esta actitud. Antiguos, y ahora desaparecidos, programas como la Hojilla, entre otros clones que le surgieron, cual hongos, se dedicaban a ejercer el libertinaje. Nuestros izquierdistas trasnochados son muy hábiles en esas jugarretas, pero carecen de la piel de cocodrilo para soportar la eventual respuesta.

A pesar de estas previsiones a la hora de ejercer este derecho, la capacidad para expresarse sigue siendo un valor esencial. En la actualidad este sigue siendo uno de los pilares fundamentales del mundo occidental y democrático. Países adelantados, civilizados, atesoran y cultivan este derecho como un valor inalienable, a pesar de que el ejercicio del mismo pueda ir en su contra. Ejemplo de ello es la situación de la revista satírica Charlie Hebdo, quienes han sufrido atentados terroristas por el simple hecho de ejercer este derecho de forma cínica y mordaz.

Sea como sea, y se manifieste como se manifieste, es uno de los pilares fundamentales del mundo democrático. Y, una persona cualquiera puede darse cuenta de la calidad de la democracia en un país en función a como la libertad de expresión es tratada. Partiendo de esta premisa cabria preguntarse ¿Cómo le ha ido a Venezuela en este ámbito? La respuesta es mal.
La libertad de expresión siempre fue respetada y amparada por los gobiernos previos, tanto que alcanzó cotas cercanas al libertinaje. Esta, fue tan importante, que permitió a la “revolución” volverse una potencia en lo comunicacional, como ya hemos indicado, con aquellos programas que se dedicaban a montar y desmontar matrices de opinión.

A pesar de ello, el gobierno, cada vez más orwelliano decidió ponerle un coto a los medios de comunicación, quienes habían dejado de sonreírle a la revolución y comenzaban a poner en evidencia una naturaleza cochambrosa que superaba a la vista durante la 4ta republica. A partir de este punto, Conatel se volvería un ente dedicado a la cacería de los medios de comunicación —al día de hoy sigue siéndolo— su talento a la hora de perseguir a los medios de comunicación no tiene nada que envidiarle a la Inquisición Española, salvo, tal vez, que no se pueden dar el placer de quemar a sus adversarios con leña verde como hacia el buen Torquemada.

Esta persecución, por parte de nuestra policía del pensamiento, se concretaría en el cierre de un canal de comunicación como fue RCTV. También en un sesgo hostil hacia todos en Venezolana de TV, que dejó de ser el canal de todos los venezolanos para ser la ventana de la revolución, la cual solo emite información terciada en una actitud rastrera, digna de las televisoras norcoreanas. No conforme con esto, Conatel se dedicó a arrodillar a otros canales como Televen, Venevisión. Creó, a su vez, TVES, que resultó ser un repulsivo pastiche y está lejos de ser lo que prometieron al principio. También engendraron a Telesur como una suerte de medio de comunicación para proyectarse al exterior.

No conforme con ello saturaron al pueblo con otros medios de comunicación, promover una plétora de radios comunitarios y periódicos parciales. Mientras que otros, que son neutrales o contrarios al gobierno, mueren de mengua por la escasez de papel. En términos sencillos, es evidente que el gobierno solo desea mantener una hegemonía comunicacional, la cual promueve y consolida su visión del mundo, la cual pasa a ser la verdad absoluta. Han considerado que deben mantener una hegemonía comunicacional, algo que ULTRAJA la libertad de expresión y, a su vez, pone en evidencia la naturaleza totalitaria y poco democrática de este gobierno. ¿Aun lo dudan? Echen un ojo a la televisión abierta, cuyas transmisiones son suspendidas con frecuencias por las cadenas del presidente o los noticieros de la patria, lo cuales se emiten a cualquier momento.

Por último, intentaron imponerse sobre las compañías de televisión por subscripción —quienes son los únicos que se han beneficiado de esta situación a la par que preservaron la cordura del venezolano promedio— al exigirles a ellos el acoplarse al gobierno cuando hiciesen sus transmisiones. Por suerte, para muchos, estas corporaciones se negaron de plano. Aun así, esta semana la Policía del Pensamiento se anotó un punto a su favor en su cruzada contra el libre pensamiento: el canal CNN en español salió de la oferta de la mayoría de las teleoperadoras por subscripción. Esto, se debe a que el canal denunció un turbio negocio que el gobierno estaba realizada con las ventas de pasaportes en Irán, y otros desmanes cometidos en el SAIME

Estas acusaciones hirieron el ego del gobierno y pusieron en evidencia los sucios negocios que Alí Babá y los cuarenta ladrones están llevando adelante. CNN en español ha respondido de una forma inteligente ofreciendo sus servicios de forma gratuita en internet a través de la red social Youtube. Esta semana, el canal ganó relevancia para el venezolano que no puede resistirse a probar la fruta prohibida. A pesar de ello, este punto conseguido por CNN fue echado por tierra por la Policía del Pensamiento, quienes sacaron al canal de la red social.

Ahora bien, cabría preguntarse ¿Qué dicen estas acciones del gobierno? Lo primero es darle la razón a CNN, puesto que intentar ocultar todo hace pensar a la gente sobre lo turbio del negocio. Luego, pone en evidencia el carácter antidemocrático y totalitario de este gobierno, que lejos de reivindicar y emancipar al hombre, lo que desea es llenarnos de estulticia. Han creado, una suerte de cortina de hierro y régimen totalitario para el mundo globalizado y la red 2.0. Una actitud digna de Orwell o del Mundo Feliz de Huxley.

Es por esa situación que la libertad de expresión está en peligro, y por lo cual debemos alzar nuestra voz para protegerla, porque de seguir por este oscuro camino, pasará a ser una libertad extinta y con ella la capacidad para pensar más allá de las gríngolas norcoreanas que la “revolución nos impondrá”. Por eso yo propongo exigirle al gobierno que rectifique, debemos llevar nuestro clamor a otros espacios, persistir y resistir, estar informado para que no nos impongan su punto de vista.

La libertad de expresión solo se puede defender ejerciéndola.