Domingo Alberto Rangel: La polarización se viste de ecuatoriana

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En un país normal, digamos uno distinto a nuestra actualidad, uno en el cual los dirigentes no se pongan como meta cosas inasibles o simplemente disparatadas, como “salvar al mundo” o enderezar la economía “entregando cesta tickets a los jubilados”, los artículos escritos o programas de opinión tienen la función pedagógica de exponer ante el gran público las varias opciones que hay para resolver los problemas. No es así en nuestra Venezuela, sociedad azotada desde comienzos del siglo por el virus de la polarización.

Cuando la polarización infecta una sociedad enseguida el mal elimina aquellas voces moderadas que podrían enriquecer las posibles soluciones a los problemas. Y hecho esto el campo de la opinión pública, empobrecido por la polarización, queda listo para que los medios, la academia y el sistema educativo, repitan en exclusiva, cual eco infernal, las bolserías de quienes apenas atinan a incorporar a diario, en sus declaraciones de prensa, las respuestas con las que se acusan los unos y los otros, del “último crimen” porque la polarización es a dos, no a tres.





En nuestro país después de 18 años de polarización extrema, es muy difícil explicar el punto de vista que uno tiene sobre cualquier tema. Y lo es porque en nuestro país apenas alguien comienza una intervención seria, digamos acerca del sistema de abastecimiento de aguas potables de una ciudad y sus potenciales debilidades… cuando el expositor tiene que aguantar la interrupción de un buen señor –o señora- enfermo de polarización, que fingiendo gimoteos y manoteando como los malos actores de telenovelas, anuncia cosas ya sabidas por toda la audiencia como que el vicepresidente si bien puede que no sea narcotraficante… al menos debe haber metido la mano en el presupuesto hasta el codo y más porque el exceso de bienes de los que dispone no se consiguen ahorrando el sueldo o vendiendo dólares al menudo.

Si la escena narrada se diera en una de las pocas localidades afectas al chavismo que aún quedan, el expositor tendrá entonces que aguantar a su versión polarizada del señor –o la señora- que llora, patalea y a la fuerza pide la palabra… pero para recordar en ese caso que “aquí no se habla mal de Chávez”. Carajo.
En el caso de las recientes elecciones en El Ecuador los efectos nocivos de la polarización se ven y se sienten: Las redes sociales, los artículos de opinión, programas de radio y por supuesto de la TV, que en gran cantidad son copados por mentes polarizadas, solo atinan a exponer boberías que para nada ayudan a comprender los intereses de nosotros, los venezolanos.

Sucede que la opinión polarizada opina sobre El Ecuador como si sus exponentes fuesen naturales de aquel país.
Unos y otros se acusan mutuamente, cada uno desde “sus medios”, de “fraudes”… como si el chavista X que declara en VTV fuese elector de Guayaquil o el mudista Y, invitado de Vladimir Villegas hubiese nacido en Quito o Ambato…
Según veo las cosas y tratando de ser útil para entender lo que la polarización no deja ver… lo primero con relación a nosotros es que por fortuna para los venezolanos, con respecto a las elecciones de El Ecuador, es que si perdemos por un lado… de todas maneras ganamos por el otro… dependiendo de quién triunfe en la segunda vuelta de las elecciones.

Si en El Ecuador pierden los bolivarianos del presidente Correa… nosotros los venezolanos ganamos pero no porque Lasso, tan estatista como los oficialistas de allá y acá vaya a hacer un gran gobierno que de todas maneras no puede habiendo perdido las elecciones en el legislativo, sino porque Maduro ya no tendrá que sacar de los escasos petrodólares que ahora le ingresan a PDVSA… para ayudar a Lenin Moreno. Esa la ganaríamos.
Pero saldrían perjudicados al mismo tiempo, en el supuesto caso en que el ciudadano Lasso gane la segunda vuelta, los jóvenes venezolanos que hoy día emigran a El Ecuador sin ser molestados por el gobierno de Correa. Si gana Guillermo Lasso saldrán perjudicados los compatriotas más jóvenes, desesperados o decididos, los que no creyendo en el gobierno ni tampoco en la Mud –las opciones de la polarización- votan en contra del sistema perverso que nos ha empobrecido tanto… emigrando a El Ecuador.

Si pierden los bolivarianos de allá, los de la Revolución Ciudadana… ya la patria de Manuelita Sáenz no será refugio cercano para la juventud que emigra y quién sabe si Lasso comienza a repatriar venezolanos.
Ese es el análisis básico y no las boberías llenas de lloriqueos porque “la oposición no se unió” como si los 8 candidatos que se inscribieron en la primera vuelta de El Ecuador tuvieran otro común denominador, más allá de la ambición que a todos los une. O las de alegría por el “triunfo” de Guillermo Lasso… de quien apartando que llegó segundo… cabe decir que con el pasado de banquero ecuatoriano que tiene… país donde banquero a menudo es sinónimo de ladrón… lo más sano es mantenerse a la expectativa.

Pero, esos pensamientos no tienen cabida en la prensa polarizada… ¿y cómo no habían de ser bloqueados por los gemelos polarizados?… si pensando en libertad no se embrutece a quien lee o escucha estos razonamientos libres de polarización… y como se sabe no hay nada más peligroso para un politiquero que… un elector libre y bien informado.