Luis Eduardo Martínez: Moonlight

Luis Eduardo Martínez: Moonlight

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Noche de Oscarla del domingo con 800 millones de personas en todo el mundo pegadas a las pantallas de sus dispositivos para ver, en directo, la entrega de los premios de  la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas.

Tras un error monumental que atribuyó el galardón al musical “La La Land”, “Moonlight” se alzó con la estatuilla a la mejor película,  ganadas ya la de mejor actor secundario y  mejor guion adaptado.





Aún no estrenada en las salas de cine venezolanas, “Moonlight” es la historia de un niño negro nacido en un barrio pobre de Miami, que también los hay.

Chiron, que así se llama el protagonista,  es un niñomarcado por las dificultades, con una madre drogadicta que no se ocupa en nada de él.  En la escuela es víctima frecuente de burlas y palizas por su condición de gay. Abandonado por los suyos termina con una pareja de narcotraficantes, Juan y Teresa,  que a su manera lo cuidan.Su dura infancia moldeará su personalidad y sus recuerdos le atormentarán por mucho que pasen los años.

“Moonlight” está estructurada en tres épocas diferentes de la vida de Chiron que crece sin modelos ni guías que seguir y en procura de una  identidad que busca desesperadamente.

“Un día tienes que decidir por ti mismo quién vas a ser. No puedes dejar que otros lo decidan por ti” le aconseja Juan para proclamar más tarde “En esta casa solo caben el amor y el orgullo”;  dos frases que resumen un potente mensaje.

Yo que recorro barrios y caseríos de Monagas y en ocasiones, de la mano de Larissa, en Delta Amacuro, me topo todos los días con niños, también niñas, como Chiron o en peor situación que él. Sumergidos en la pobreza extrema, viviendo en la calle cuando más en ranchos destartalados, escarbando tantos en la basura en búsqueda de que comer, sin referentes familiares, desertores de la escuela, en un ambiente signado por las carencias, la violencia y la inexistencia de valores, ávidos de amor pero orgullosos algunos de lo que son sin saber cuan diferentes pudieran ser por no afirmar cuan mejores.

Historias como las de Chiron hay decenas de miles, cuidado sino centenares de miles, en Venezuela y en nuestro caso no es el de personas desfavorecidas que viven en los márgenes de la sociedad, se trata  dada su abrumadora cuantía de la sociedad misma porque gracias a un modelo de gestión político.-económico-social que fracasó los desfavorecidos son los más.

“Moonlight” se queda sin conclusión, con una pregunta abierta -“¿Quién eres, Chiron?”-que bien en plural pudiéramos hacernos hoy: “¿Quiénes somos”?  o  más bien, ¿Quiénes queremos ser?

¿Quiénes somos como pueblo? ¿Quiénes queremos ser? Pareciera que llegó el día que, parafraseando a Juan,  urge decidir quiénes deseamos ser, no siendo posible  dejar que otros, por poderosos que parezcan, decidan por nosotros que somos la gran mayoría de los venezolanos.