En La Divina Comedia, Dante describió la segunda zona del noveno círculo del infierno como la destinada a servir de centro de suplicio para aquellos que incurrieron en la infamia de traicionar a la tierra que los acogió o vio nacer al practicar, entre otras conductas deleznables, la de torcer el destino del país para apartarlo de la senda de la prosperidad y hundirlo en las arenas movedizas de la miseria, motivados, únicamente, por su ambición desmedida, por el vulgar afán de obtener poder, lujos, riqueza o fama a como diera lugar. En la imaginación de Alighieri, Atenor de Troya simbolizó la ralea de estos condenados. A lo largo de la historia, incontables rostros y nombres se han sumado a la lista de indeseables en su momento presentada por el inmortal florentino.
Durante 2016, según los resultados de la Encuesta Condiciones de Vida (ENCOVI), realizada por investigadores de las universidades Simón Bolívar, Central de Venezuela y Católica Andrés Bello, 74,3% de la población venezolana perdió, cuando menos, 8,7 kilos de peso, resultado directo de que a 93,3% de los habitantes de este país el ingreso recibido le es insuficiente para satisfacer los requerimientos alimenticios básicos. Retrató el mencionado trabajo que el territorio se cubrió de menesterosos pues 82,8% de las almas que lo pueblan se sumió en la pobreza de ingresos. Como siempre, los más pequeños resultaron ser los más vulnerables. A la par que la ENCOVI demostró que en cada aula de los centros educativos que les corresponden, 2 de cada 20 niños no puede asistir por no disponer de comida ni en la casa ni en la escuela, el último reporte del Centro Comunitario de Aprendizaje (CECODAP), basado tan sólo en el seguimiento hecho a la prensa nacional, dio cuenta de la espantosa realidad de que, en 2016, se reportaron los homicidios de 1.150 menores de edad, 12% más de lo registrado el año anterior. Textualmente, el referido trabajo de CECODAP advirtió que …«El homicidio sigue siendo la forma más común de violencia social contra niños, niñas y adolescentes»…
Todo ello ocurre mientras la prensa nacional dio a conocer que dignatarios extranjeros disponen para su movilización de aeronaves de la industria petrolera venezolana, la misma que, según cierta firma de auditoría internacional, acumula deudas cercanas a los 50.000 millones de dólares, buena parte de ellas honradas con envíos de crudo, no con dinero, o que para poder ser contraídas hubo de hipotecarse importantísimos activos que hacían viable el negocio de la empresa que, para citar sólo lo ocurrido en el último lustro, aportó 93% de los ingresos de la nación. Es decir, la magia de Midas al revés: volver añicos lo que ayer fue referente a escala planetaria. Vergonzosa cátedra que jamás dictaría la capacidad gerencial, el sano nacionalismo o el más mínimo sentido común.
Obviamente, de tantas incoherencias, de tanto desastre, de tanta ignominia, de tanto empeño en empujar al país y su gente hacia el abismo, hay responsables. Vociferan a diestra y siniestra la falacia del socialismo potencia. Para concluir, es recomendable regresar al inicio de este artículo. La cita de Dante es obligatoria: …«Así es que yo no puedo decir más, sino que tras vuestros daños vendrá el llanto originado por un justo castigo»…
Historiador
Universidad Simón Bolívar
@luisbutto3