Secuestrado en correccional de Guatemala pide al Gobierno cumplir con exigencias de captores

Picture taken on June 20, 2013 showing the entrance to the youth correctional center 'Las Gaviotas' in Guatemala City. About 50 killings per year in Guatemala are committed by minors, according to Unicef. Since last January and up to now, authorities have detained 889 minors 'recruited' by organized crime, according to the minister of the Interior, Mauricio Lopez. AFP PHOTO / Johan ORDONEZ
AFP PHOTO / Johan ORDONEZ

 

 

Uno de las cuatro personas retenidas desde el domingo por un grupo de pandilleros en un correccional de Guatemala, donde ya han fallecido dos personas en medio de la crisis, pidió este lunes a las autoridades que cumplan con las exigencias de sus jóvenes captores para poder vivir. EFE





“Estamos suplicando y el Gobierno no quiere hacer nada (…) Dicen que están en procedimiento pero no ponen atención a nuestras vidas. (…) Estamos entre la vida y la muerte y el presidente (Jimmy Morales) no pone atención”, proclamó el hombre retenido, Aroldo Muñoz, desde una ventana.

Al menos 2 personas fallecieron y otras 4 que custodiaban el centro Etapa II, ubicado en el municipio de San José Pinula, permanecen desde el domingo como rehenes de unos jóvenes recluidos que exigen que trasladen a ese lugar a otros compañeros que están internos en el centro Las Gaviotas, en la zona 13 de la capital.

Muñoz confirmó que él y los otros tres monitores retenidos están bien y exigió premura a las autoridades para hacer el traslado que los pandilleros solicitan porque “los adolescentes también tienen razón”.

Por la misma ventana apareció uno de los jóvenes captores, que prefirió no dar su nombre, y pidió que “traigan a los demás compañeros, que allí donde están corren peligro”, y advirtió que por ahora están hablando de “buena manera” y que las autoridades “no quieren colaborar”.

En sus breves declaraciones, el joven señaló que sufren “mucho maltrato. Ya mucho aguantamos. Sino colaboran pues… No estamos solos pues. Solo queremos a los jóvenes, nada más”.

“Mucho maltrato por parte de la Secretaría (de Bienestar Social de la Presidencia -a cargo del centro-). Ustedes (a los periodistas) piensan que estamos contando muchas mentiras”, proclamó mientras narró como desde ayer domingo, en horas de la mañana, no les dan comida y que les cortaron el agua y la luz.

Cuestionado sobre por qué mataron a dos de las personas que los custodiaban, de los 7 que tomaron como rehenes, dijo que ya habían liberado a uno -con 22 heridas de arma blanca- y que estaban hartos de los maltratos, que eran “diarios”, pues “muchos nos golpean”.

Según la Policía Nacional Civil (PNC), en el interior del centro estatal Etapa II hay 47 jóvenes de la pandilla Barrio 18, y 26 de ellos son “los inconformes” que desde ayer se armaron con palos, escaleras y cualquier utensilio que encontraban a su paso, además de prender un pequeño incendio que pronto fue sofocado.

A las afueras del centro decenas de familiares se agolpan para saber lo que pasa en el interior, de hecho uno de ellos, una mujer de mediana edad, criticó que las autoridades mezclen en correccionales como éste a miembros de diferentes pandillas.

Esta situación puede crear además “una guerra entre papás y mamás”, agregó la mujer, que tiene en el interior a un hijo que saldría en 2024, aunque no explicó por qué delito había sido condenado.

Decenas de agentes de la Policía, además de bomberos y miembros de la Cruz Roja, entre otros, se agolpan en el exterior, donde el defensor de la niñez y la adolescencia de la Procuraduría de Derechos Humanos, Abner Paredes, dijo que los jóvenes piden además autorizar la visita de sus novias, el ingreso de cualquier comida, estufas para cocinar y que los monitores no entren a sus áreas.

Este incidente se produce pocos días después de que un incendio en el albergue de menores Hogar Seguro Virgen de la Asunción, ubicado en el mismo municipio, dejara 40 niñas y adolescentes muertas y varias heridas.

En ese refugio, también a cargo de la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia de Guatemala, se originó un incendio que supuestamente causaron las propias jóvenes en unas colchonetas para protestar por las agresiones físicas y sexuales que sufrían.