Un segundo rehén, de los cuatro rescatados el lunes por la policía en un correccional juvenil de Guatemala, murió en el hospital por la gravedad de las heridas ocasionadas por los pandilleros amotinados que lo mantenían secuestrado, informó este martes una fuente oficial.
AFP
El trabajador murió la madrugada del martes en el Hospital General San Juan de Dios, en el centro de la capital, señaló un comunicado de ese centro médico. El primero falleció minutos después del rescate.
“Se confirman dos monitores fallecidos”, detalló el texto. De los otros dos funcionarios rescatados, uno se encuentra en estado crítico y el otro estable.
Socorristas que acompañaron la operación de rescate de la policía señalaron que los rehenes presentaban golpes y heridas provocadas con arma corto punzante, y dos de ellos trauma en el cráneo.
Los jóvenes pandilleros mantenían desde el domingo como rehenes a cuatro funcionarios de un correccional aledaño a la capital guatemalteca, tras matar a dos y herir a otros cinco durante un motín en demanda de mejores tratos y beneficios en el centro.
Jóvenes integrantes de la temible pandilla Barrio 18 iniciaron el motín en el Centro Juvenil de Privación de Libertad para Varones, conocido como Etapa II, ante malos tratos de los guardias, según la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH).
Ubicado en el municipio de San José Pinula, unos 10 km al este de la capital, el correccional se encuentra a pocos metros del Hogar Seguro Virgen de la Asunción, donde un incendio el 8 de marzo causó la muerte de 40 adolescentes y dejó a otras 18 con graves quemaduras.
Tras la operación de rescate -luego que los amotinados rompieron el diálogo con las autoridades que buscaba la liberación de los cuatro rehenes- la policía reportó nueve ataques armados de presuntos pandilleros contra agentes en diferentes zonas del departamento de Guatemala, con saldo de dos uniformados muertos y nueve heridos.
Pablo Castillo, portavoz policial, indicó que el motivo de los ataques no está esclarecido pero no descartó que se trate de una represalia de los pandilleros. “Puede ser una línea de investigación”, afirmó.