Antonio Ecarri: Boves volvió a pulular por el centro de Caracas

thumbnailAntonioEcarri

 

Boves volvió a pulular por el centro de Caracas. Esta vez, sus insignes legatarios toman por asalto una panadería de Altagracia, a escasas cuadras de Miraflores. Un impresentable personaje declara como el portavoz más elocuente de la nueva hazaña perversa del gobierno revolucionario pirata que hoy ocupa cargos de poder, su rostro y su expresión lo dice todo, es el símbolo de la barbarie que tomó el control del inmenso vacío que existe en Venezuela.





Ya no es la gran industria, no es una acaudalada transnacional del imperio, tampoco es un terrateniente explotador, se trata de un pequeño negocio de la ciudad. La destrozada economía venezolana, secuestrada por este infierno de ineficiencia y corrupción ahora pretende acabar con el pequeño emprendedor.

El desastre socialista se llevó por delante a la economía popular, a la bodega del barrio, al pequeño negocio que era la base de todo un microsistema que traía importantes beneficios en las zonas de mayor exclusión. En su sustitución llegó el CLAP, una mezcla de corrupción cambiaria y del desprecio de quienes gobiernan por los más desposeídos. Una economía de migajas, tener una sociedad controlada, subyugada, de rodillas frente a un Estado todopoderoso que llega al colmo de  decidir cuándo, qué y cómo pueden comer tu familia y tú.

Durante un recorrido en Terrazas de Caricuao, grabamos varios testimonios sobre el pésimo funcionamiento en la entrega de los CLAP. La reacción no esperó, la maquinaria del PSUV, los repartidores de la limosna gobiernera soltaron gritos de amenaza contra quienes denuncian. Bajo el lema “no tendrás más derecho a CLAP” una infeliz dirigente niega la pequeña caja de alimentos a los denunciantes. Todo un diseño totalitario de control político, de discriminación y de siembra de miedo.

¿Qué pasó con aquello del “corazón del pueblo”? Un Estado tan grande y amorfo, terminó convirtiéndose en una espantosa máquina de tiranizar.  ¿Esto es el árbol de las tres raíces?, ¿Tener un sistema económico que domine y controle a los ciudadanos para que estén al servicio del mandamás de turno?

No hay dudas que esta tragedia histórica está por culminar. Pero, debemos asumirlo como una lección profunda, un sólido aprendizaje para todo un país que tendrá que iniciar profundas reformas económicas y sociales que puedan desmontar este Estado tiránico y dar paso una democracia de libertades, eficiente en lo económico y en lo social.

Formar a los venezolanos para el trabajo, darles condiciones plenas y garantías para desarrollar su talento, es la vía. Betancourt y los héroes civiles del Siglo XX nos dieron la lección histórica de llevar democracia con eficiencia. Estos oprobiosos tiempos quedarán más temprano que tarde, junto a Boves, en los albañales de la historia. ¡Solidarios con nuestros panaderos!