La falsa lucha por la Soberanía Alimentaria IV: ¿A dónde va el dinero de los Clap?

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La conformación de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap) han dado mucho de que hablar, desde su objetivo principal que es proveer a los venezolanos de los alimentos que por falta de produción nacional ya no se encuentran en los anaqueles, hasta su sistema de control monetario.





En LaPatilla.com nos hemos dedicado a desmenuzar todo lo que hay detrás de este sistema de “abastecimiento” al pueblo venezolano y la Falsa Lucha por la Soberanía Alimentaria“. En esta oportunidad, nos dedicamos a verificar una gran incógnita: ¿a dónde va el dinero recaudado de estas ventas?, ¿quién supervisa, fiscaliza y controla estos ingresos?.

El principal responsable de estos comités, más allá de los Consejos Comunales, es el exalcalde de Caracas, Freddy Bernal, en la redacción tratamos de comunicarnos durante una semana, para consultar las inquietudes dentro de este sistema y nos fue imposible contactarlo. Por esto, recurrimos al presidente de la Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, quien aseguró que dentro de los Clap no existe ningún tipo de regulación.

El parlamentario explicó que estos “no tienen ningún tipo de control, hemos visto cómo distribuyen alimentos que no cumplen con las normas sanitarias correctas, no se sabe cómo se realizó la licitación de la compra de alimentos, muchos de ellos sabemos de dónde vienen por los empaques. Sin embargo, hasta que no llegan a las manos de los venezolanos no se sabe su procedencia”.

Igualmente, recalcó que estos sistemas de abastecimiento causan una gran perdida para la Nación. “Vale la pena preguntarse, ¿bajo qué figura jurídica los Consejos Comunales pagan a entes como CorpoMiranda?”, dijo el también dirigente de Voluntad Popular.

¿Cómo el pueblo compra las cajas Clap?

ACOMPAÑA CRÓNICA: VENEZUELA ALIMENTOS - CAR01. CARACAS (VENEZUELA), 28/08/2016.- Fotografía del 20 de agosto del 2016, donde se observa a un grupo de personas cargando bolsas de comida durante un operativo de entrega de bolsas de comida a habitantes de un barrio del km 3 del Junquito por parte Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) en Caracas (Venezuela). La severa escasez de productos básicos en Venezuela ha llevado a que la foto diaria del país sea una inmensa fila frente a muchos abastos y supermercados, un problema que el Gobierno intenta solucionar con un sistema de venta de alimentos, conformado solo por militantes chavistas, conocido como CLAP. EFE/MIGUEL GUTIÉRREZ
ACOMPAÑA CRÓNICA: VENEZUELA ALIMENTOS – CAR01. CARACAS (VENEZUELA), 28/08/2016.- Fotografía del 20 de agosto del 2016, donde se observa a un grupo de personas cargando bolsas de comida durante un operativo de entrega de bolsas de comida a habitantes de un barrio del km 3 del Junquito por parte Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) en Caracas (Venezuela). La severa escasez de productos básicos en Venezuela ha llevado a que la foto diaria del país sea una inmensa fila frente a muchos abastos y supermercados, un problema que el Gobierno intenta solucionar con un sistema de venta de alimentos, conformado solo por militantes chavistas, conocido como CLAP. EFE/MIGUEL GUTIÉRREZ

 

En entregas pasadas demostramos el costo para el país de cada MexiClap, en las que destacamos que esas cajas son vendidas, sin facturas y al contado, en las casas de los “favorecidos” a Bs. 10.000, tres dólares al cambio negro. El importador recibe 1.000 dólares y gasta 23 en México o Panamá, y los deja los 10.000 bolívares, a los camaradas de los CLAP, pagados en efectivo (cash o transferencia) por el pueblo y de los que nadie rinde cuentas.

Total gastos 23 + 3 = 26 dólares.

Ganancia neta para el importador 1.000 – 26 = 974 dólares, es decir el 3.746%. Nada mal para jugar con el hambre del pueblo venezolano.

Sin embargo, ¿cómo llegan al pueblo?. Para que una familia reciba su respectivo Clap debe previamente censarse ante el Consejo Comunal de su zona, según sea el caso hay quienes solicitan también el Carnet de la Patria. Luego, estos hacen el pedido a la corporación designada en la Gaceta oficial 41.005, de resolución Nº 009/16, en fecha 29 de septiembre de 2016, en las que se autorizan sólo a nueve (empresas) para identificar las necesidades y elevar los requerimientos de rubros a través de su Centro Nacional de Mando y Control.

Estas coordinan con los delegados locales para recibir el dinero de los beneficiarios, los cuales son recibidos sin ningún tipo de recibo o factura que avalen la compra realizada. Seguido, las Comunas realizan la compra, en muchos casos a través de un cheque de gerencia, para finalmente entregarle los productos al pueblo.

Durante todo el proceso de compra del ciudadano de “a pie” no hay un registro, sustento legal o ente de control de los ingresos recaudados por estas ventas; sumando así otra opaca improvisación característica del régimen, que no rinde cuentas de las acciones que toma para garantizar su falsa lucha por la Soberanía Alimentaria.

En este sentido, el abogado experto en prevención de lavado de dinero y delincuencia organizada, Alejandro Rebolledo, explicó, a LaPatilla.com, que con este Gobierno no hay ningún tipo de regulación de los ingresos, “haciendo imposible saber a quién le compran y a quién le pagan”.

Del mismo modo, expresó que en la reforma de la Ley de Delincuencia Organizada, aprobada en primera discusión, se propuso la creación de la Superintendencia de Negocios No Financieros, ya que “no hay un control de los ingresos de los proveedores, de las compras y de hacia dónde va ese dinero”.

Entonces… ¿A los bolsillos de quién va el dinero recaudado?.