Bikini Beans Espresso es una cadena de cafeterías localizadas en Arizona y Washington, EEUU, donde los clientes pueden disfrutar de sus cafés preferidos preparados y servidos por hermosas mujeres en bikinis, diminuta lencería o usando únicamente tres calcomanías (estratégicamente ubicadas).
lapatilla.com
Gracias al atractivo código de vestimenta, el negocio se ha vuelto muy popular, especialmente dentro de la clientela masculina. Aparentemente, una simple visita a uno de estos establecimientos tiene una forma de alegrar el día de un hombre y definitivamente no tiene nada que ver con el café.
Sin embargo, a pesar del alentador incremento en las ventas, las valoraciones de cinco estrellas y los miles de seguidores en redes sociales, Bikini Beans también a generado cuantiosas críticas, en su mayoría por las vestimentas que utilizan las trabajadoras, que a juicio de muchas vecinas, degrada a las mujeres.
El dueño de la franquicia, Carlie Jo, considera lo contrario y asegura “los uniformes” de hecho empoderan a las mujeres y las ayudan a sentirse cómodas con su propia piel.
“Nosotros vendemos mucho más que a una mujer en bikini”, explica Ben Lyles, quien gerencia dos tiendas en Arizona. “Se trata de que nuestras trabajadoras tengan la oportunidad de hacer algo que realmente disfrutan y aman”.
¿Qué le digo a mis hijos?
A pesar de las explicaciones de los dueños, vecinas de las comunidades aledañas a los establecimientos alegan que los uniformes son “extremadamente sexualizados” y que la situación se convierte en un verdadero problema cuando se piensa en los niños.
Kimberly Curry, una madre de cuatro niños oriunda de Spokane, Washington, aseguró entrar en shock cuando divisó el café por primera vez desde su vehículo.
“El problema no fue lo que ellos vieron, es tener que explicarle a mis hijos pequeños por qué hay mujeres sin ropa sirviendo café y por qué hay una larga fila de hombres esperando ser atendidos para tomar café”, criticó Curry enfadada.
Pese a las quejas, el atractivo del negocio parece no tener fin para la clientela masculina.
