La escuela al revés, por Miguel Méndez Rodulfo

La escuela al revés, por Miguel Méndez Rodulfo

Miguel Méndez RodulfoEn su más reciente libro, “Crear o Morir”, Andrés Oppenheimer aborda con fascinación y detalle, el tema de las escuelas al revés. ¿Qué significa esto? Un cambio de paradigma en cuanto que los alumnos en lugar de estudiar en la escuela y hacer las tareas en la casa, estudian en su hogar, a través de videos interactivos, y realizan la tarea en la escuela, mediante la ayuda de sus maestros. El autor narra la experiencia de la Khan Academy, dirigida por su fundador Salman Khan, quién desde 2008 tiene un sitio web, gratuito, que ofrece a millones de personas en el mundo entero, clases de matemáticas, álgebra e historia, mediante videos interactivos, además de proporcionar un software tanto de corrección como de calificación. Dicha academia se sostiene mediante donaciones de filántropos. Bill Gates es uno de sus principales colaboradores y Carlos Slim, también; éste último colaboró para traducir al español todos los videos. Lo novedoso de este sistema, es que además de incorporar la tecnología al proceso educativo, se basa en la premisa de que la comprensión de los estudiantes es variable; es decir, que cada uno aprende a su propio ritmo, verdad del tamaño de una catedral que no ha sido debidamente considerada por la educación tradicional. Esta nueva enseñanza equivaldría a una educación personalizada, esa que existió cuando hombres ilustrados les daban clases a infantes de la realeza o de la nobleza, adaptándose estos tutores a lo que esos niños podían asimilar.

Lo atractivo para los niños es que la educación tradicional, básicamente oral en la que un maestro habla y explica pero que no asegura la atención del alumno, se convierte en un “contenido” del medio de comunicación preferido por ellos, que están acostumbrados a usar, que convierte al aprendizaje en un juego virtual más y en consecuencia en un desafío que asumen con la intención de ganar y sumar puntos. He allí lo poderoso de la herramienta. Así, un video interactivo sobre matemáticas los alumnos pueden verlo en la comodidad de su hogar tantas veces como quieran y no tienen necesidad de tomar notas; pueden poner la pausa, adelantarlo y retrocederlo; pero si aún siguen sin entender, tienen la ventaja de contar con un ejercicio específico para aclarar la duda. El maestro, por su parte, mediante el software puede seguir el avance individual de cada alumno y saber en cuales problemas hubo más dificultades de comprensión, de manera que en la clase puede ayudar mejor a sus pupilos resolviendo las dudas y haciendo más ejercicios También la interacción con los compañeros y con la ayuda de los estudiantes más aventajados, el estudiantado supera de una manera más efectiva sus carencias y dificultades. En este sistema de aprendizaje interactivo, no van quedando lagunas, porque no se acumulan déficits de conocimiento, ya que un alumno no avanza hasta la lección siguiente a menos que haya entendido 100% de la clase anterior, obstáculo que es insalvable en la educación que conocemos.

La escuela al revés, no solamente libera a padres y familiares de la tediosa tarea del hogar, sino que realza el verdadero rol del maestro, ya que éste es el elemento más importante del aprendizaje del alumno y debe dedicar la mayor parte de su tiempo a la interacción humana, aprovechando que la tecnología permite personalizar las clases, de manera que el docente esté disponible para trabajar individualmente con cada alumno. El cambio de paradigma implica que las escuelas tradicionales dejen de enfocarse en la enseñanza (disertaciones de los maestros, planes escolares, etc.) y se orienten al aprendizaje de los alumnos. El mejor maestro es el que se acerca al alumno con afecto, en un clima de comprensión y confianza, para cambiar su mentalidad y motivarlo a que tome las riendas de su propio aprendizaje. Se convierte así en un tutor, en una guía que inspira a sus alumnos a asumir retos y lograr metas. Algo que convertirá a ese niño en el adulto que el país necesita para lograr un efectivo desarrollo





Miguel Méndez Rodulfo
Caracas 29 de Marzo de 2017