Esta semana dos hechos fundamentales marcaron Caracas. Por un lado la capital venezolana repitió en la primera posición del ranking de las ciudades más violentas del mundo y por el otro la capital ha sido militarizada, pero no para reducir la criminalidad sino para reprimir a los venezolanos que protestan ante las sentencias del TSJ que disolvieron la Asamblea Nacional.
Jesús Armas, concejal de Caracas, informó que según el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública de registraron 130,35 homicidios por cada 100.000 habitantes durante el año pasado y condenó que el gobierno utilice los cuerpos de seguridad del Estado para militarizar la ciudad “buscando reprimir a los ciudadanos que luchan por la libertad”.
A su juicio, el Ministerio de Interior y Justicia “se ha convertido en el Ministerio de la Represión para la protección de la dictadura y los funcionarios de seguridad del país en guarda espaldas de Maduro”. El concejal caraqueño rechazó que esta semana “la policía se ha dedicado a emboscar y detener a jóvenes universitarios mientras las mega bandas y el narcotráfico no solo gobiernan lo sectores populares, sino también la mismísima vicepresidencia de la República”.
Ante esta situación Armas resaltó que Venezuela necesita “un cambio urgente que nos permita cambiar la violencia por la esperanza y tener ministros que más que esbirros sean expertos en seguridad ciudadana y capaces de luchar contra la inseguridad. En especial el municipio Libertador que necesita un alcalde que fomente la paz y el reencuentro de los ciudadanos y no que sea un cómplice del odio y la violencia”.