Raúl Emilio Baduel, un Nazareno olvidado por la Iglesia, por José Luis Centeno

Raúl Emilio Baduel, un Nazareno olvidado por la Iglesia, por José Luis Centeno

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“La iglesia nos enseña a visitar al encarcelado, mirándolo en su humanidad”, esta frase del Papa Francisco, como muchas otras de él, se inscribe en la dicotomía entre la teoría y la práctica religiosa que el Santo Padre se ha empeñado en avivar, consciente de las deficiencias de una confesión religiosa cuya misericordia estaría llegando a los más necesitados sólo de la boca para afuera.

Por José Luis Centeno S. / @jolcesal





Hoy, junto al joven preso político Raúl Emilio Baduel Cafarelli, abordamos esta temática no sólo por ser Miércoles Santo, el Día del Nazareno, sino también porque a él, por llevar una cruz, invitando a la PAZ, a la TOLERANCIA, le impusieron como pena “OCHO (08) AÑOS DE PRISION”, sin derecho a nada, ni siquiera al auxilio de la iglesia como buen católico que es.

La cruz no es un símbolo más, representa la esencia del catolicismo apostólico y romano, así como de otras confesiones cristianas, evoca a la vez, sacrificio y muerte como vía de redención, una connotación distante del campo político, a no ser que se apele a la cruz para llamar a la PAZ, a la TOLERANCIA, tal como hizo el Estado Vaticano, y la misma Iglesia Católica, en el falso diálogo, luego, no debe extrañarnos que un muchacho como Raúl Emilio portará una cruz en un acto de protesta en contra de la Dictadura, tampoco es paradójica la condena que recibió a causa de ello por parte de un Sistema Judicial corrompido, lo inconcebible es que siendo un hecho público y notorio, reseñado nacional e internacionalmente, con medidas de protección acordadas por la CIDH-OEA, después de #3AñosdeResistencia ningún representante de esa iglesia que “nos enseña a visitar al encarcelado, mirándolo en su humanidad” se haya pronunciado al respecto.

“Un segmento de madera de ochenta y cuatro (84) centímetros de largo y diez (10) centímetros de ancho, pintada de blanco con inscripciones donde se puede leer en letras NO + BALAS PAZ”, como elemento criminalístico usado para fundamentar una condena de 8 años de prisión, reafirma la sordidez del Sistema Judicial venezolano, como instrumento del Ejecutivo Nacional para crucificar a inocentes siguiendo el mismo patrón procesal que desembocó en la muerte de Jesucristo en el calvario, configurando una circunstancia merecedora por lo menos del repudio eclesial en razón de la caridad como Virtud Teologal, pero más como signo de solidaridad con los más vulnerables ante un régimen que no tiene ningún escrúpulo para burlarse de la Iglesia Católica y sus jerarcas agrupados en la Conferencia Episcopal Venezolana.

A Raúl Baduel se le encontró culpable “de los delitos de Instigación pública, intimidación pública con artefactos explosivos y agavillamiento”, no se le encontraron vestigios de residuos de explosivos, sólo la Cruz que cargaba, criminalísticamente hablando, sino le demostraron la posesión de explosivos, Raúl hubo de haber amenazado, golpeado o lacerado por lo menos a una persona con la cruz que portaba, para considerar la posibilidad de la comisión de un delito, algo del todo descartado, por tanto, la conversión de esa cruz en un elemento de interés criminalístico viene a ser algo así como la demonización de un símbolo cristiano por excelencia, algo que encuadra en la lógica judicial perversa promovida por el régimen, afectando caracteres teológicos que parecieran no revestir mayor importancia pese al afán de Francisco por tener una iglesia más auténtica.

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