Stalin González: Elecciones ya

Stalin González: Elecciones ya

thumbnailstalingonzalez

La diferencia entre un régimen democrático y  uno que no lo es, definitivamente son las Elecciones.  Hemos debatido mucho sobre  la legitimidad política de cada sistema y de las condiciones que se deben observar para evaluar el carácter genuino de las acciones públicas.

Pero la institución que no tiene ningún tipo de discusión es la institución del voto como máxima representación de la democracia, como expresión de la ciudadanía y como respaldo y respeto a los distintos representantes públicos. Es con nuestro voto que validamos las acciones y con las que podemos castigar aquellas políticas que nos han puesto en situación de pobreza.





No hay nada, democráticamente hablando, que pueda suspender el derecho al voto como expresión política, tanto que es valorado como un derecho fundamental y humano por nuestra Constitución. Por lo tanto, cualquier argumento que trate de modificar, alterar o suspender cualquier proceso electoral, está fuera de toda norma democrática.

De la misma manera, nuestra Carta Magna establece el ritmo por el cual, los distintos órganos del Estado deben ser electos,  con períodos de duración bien específicos, para el Presidente de la República, para Diputados de la Asamblea Nacional, para Gobernadores y Consejos Legislativos y para Alcaldes y Concejos Municipales. No hay ningún reglamento o Ley Especial que pueda condicionar la celebración de las elecciones en el tiempo estipulado por la Constitución.

El actual CNE, de manera arbitraria, y por órdenes del Gobierno, pretende eliminar la posibilidad de los ciudadanos de elegir libremente a sus representantes y, de esta manera, eliminar el fundamental ejercicio de democracia que es la participación libre en un proceso electoral.

No hay democracia sin elecciones, así como no hay gobierno sin democracia. Nuestra lucha hoy, pacífica y constitucional sólo reivindica lo que por derecho nos corresponde, y es el derecho a elecciones, a un cronograma electoral y resolver nuestras diferencias políticas a través de las instituciones democráticas que nuestro sistema político establece.