Pedro Duque: Allá en La Haya hay una aya que dice ay

Pedro Duque: Allá en La Haya hay una aya que dice ay

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En alguna oportunidad, algún profesor de alguna materia, obstinado por la buena ortografía, dictó en clase la frase que antecede, quería que aprendiéramos a diferenciar cuando se debía usar la “h” y cuando no. A mí me interesó más saber dónde quedaba La Haya. Al salir de clase, busqué un mapa y me di cuenta que era una ciudad de los Países Bajos. Luego, me enteré que allí fundaron la Corte Penal Internacional, creada por el Estatuto de Roma, el cual es ley en Venezuela.





Posteriormente, leí que uno de los delitos que puede conocer la Corte está referido a los crímenes de lesa humanidad considerado como “…un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque…”, con el fin de cometer entre otros delitos: Asesinatos, Encarcelación en violación de normas fundamentales de derecho internacional, Tortura, Persecución de un grupo o colectividad con identidad propia fundada en motivos políticos, Desaparición forzada de personas y otros actos inhumanos de carácter similar que causen intencionalmente grandes sufrimientos o atenten gravemente contra la integridad física o la salud mental de las personas.

Pues bien, analizando lo que sucede en mi país, he observado que la estrategia del Gobierno Nacional ha sido: dividir a Venezuela en dos bandos políticos, calificándolos de izquierda y derecha. La derecha es apátrida, pitiyanqui, burgués, oligarca, escuálida, traidora y enemiga, quieren apoderarse de los recursos naturales del país para entregárselos a los gringos y a las transnacionales. Mientras que ellos, son nacionalistas, el petróleo es del pueblo y, solo ellos garantizan la paz y la estabilidad nacional mediante sus políticas sociales, nada más alejado de la realidad.

Asimismo, el Gobierno Nacional para lograr la aversión hacia la población civil que lo adversa, monopolizó los medios de comunicación, a través de ellos, han difundido año tras año mensajes de odio hacia ese sector de la sociedad venezolana. Crearon los círculos bolivarianos como grupos de choque que luego mutaron a bandas paramilitares de colectivos armados que tienen por finalidad resguardar los bastiones de la revolución, es decir, las llamadas zonas populares, dónde está negado para la población civil contraria al gobierno hacer política. Encarcelaron a los líderes políticos que significaban un peligro para su proyecto populista, inhabilitaron a otros, torturan a jóvenes manifestantes para lograr que involucren a líderes de la oposición en supuestos planes golpistas o terroristas montados con el fin de desprestigiar y disolver la protesta, asesinan personas que salen a manifestar para infundir terror en la población, desaparecen a otras por varios días, quienes quedan incomunicadas con sus familiares y abogados de confianza, acuden a la represión con armas de fuego y gases lacrimógenos contra civiles desarmados causando graves daños físicos y psicológicos a las personas. Por último, amenazan con entregar 500 mil fusiles a las milicias y hacen videos mostrando armas de guerra, afirmando que pueden llevar unas 20 mil a los “barrios” para la defensa de la “Patria”.

Adicionalmente, los líderes del gobierno, mantienen un discurso cargado de odio hacia la oposición, amenazas de guerra, de violencia, pareciera que, con conocimiento de un ataque generalizado o sistemático contra la población civil, causan: asesinatos, encarcelamientos, torturas, persecución por razones políticas, graves daños físicos y psicológicos a las personas, con la intención de mantener el poder político y económico del país.

Pensé en los nazis y el Tribunal Militar Internacional de Núremberg que juzgó sus crímenes; el Tribunal Penal Internacional para la Ex Yugoslavia, que procesó más de 160 personas por violaciones graves al derecho internacional humanitario; el Tribunal Penal Internacional Para Ruanda, dónde se procesó a los responsables del genocidio en el territorio Ruandés, entre otros tribunales con competencia internacional que persiguen a los responsables de delitos de lesa humanidad. De momento, se vino a mí memoria esa clase que generó mi interés por saber dónde quedaba La Haya y recordé que allá también está la Corte Penal Internacional.

¡Mi opinión no es verdad ni mentira, sino fundada o infundada, compartida o no! Correo electrónico de contacto: [email protected]

@duquegpr