José Antonio Gil Yepes: Diálogo o Negociación

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Para la oposición es obvio que ir a un diálogo es absurdo porque ya experimentó que dialogar si agenda ni tiempos es inútil, a lo cual se suma que el gobierno no cumplió los acuerdos del 2016. De allí que, si queda alguna posibilidad de bajar la intensidad del conflicto y desgaste que está afectando a ambas partes, es por vía de una negociación; y éstas tienen agendas y tiempos.

La primera agenda de negociación es electoral y ésta supone, al menos, un Consejo Electoral imparcial, para lo cual hay que nombrar dos nuevos rectores que reemplacen a los que tienen sus términos vencidos;  y un cronograma electoral que fije las fechas de las tres elecciones en puerta: regionales, locales y presidenciales. Pero estas elecciones sólo responden a aspiraciones políticas; mientras que las principales aspiraciones de las grandes mayorías son económicas, por hambre y empobrecimiento; las causas fundamentales de las protestas en curso.





La segunda agenda es la negociación económica y ésta supone que el gobierno negocie o controle a sus radicales para sacarse del cerebro las cucarachas del estatismo, los controles excesivos y la guerra económica y que, luego, negocie con el empresariado para crear condiciones atractivas para la inversión, producción y empleo. Para entenderse con el empresariado, el gobierno sólo tiene que modernizar su Socialismo del Siglo XXI, emulando a los de Ecuador, Bolivia y Nicaragua. Estos tres socios del ALBA también hablan disparates, pero no los cometen porque, no alcanzándoles el comodín del petróleo, saben que, sin los empresarios, no alimentan al pueblo. Lo que, afortunadamente, también podemos concluir hoy los venezolanos.

Si el gobierno recupera la economía, recuperará parte de su conexión con las masas y potencial electoral y así no le será tan traumático, como le es hoy, ir a otras elecciones. Si no la recupera, se recrudecerá la protesta y le quedarán tres escenarios: hacer elegir a un “Tapao” (@jagilyepes), perder rotundamente las elecciones o seguir bloqueándolas, rompiendo todo vestigio constitucional; lo cual terminaría de ponerlo en una perspectiva catastrófica.

@jagilyepes