Lejos pero no ausentes, por Julio Castellanos

Lejos pero no ausentes, por Julio Castellanos

thumbnailjuliocastellanosLa infinidad de venezolanos que han tenido que irse del país son acusados por la propaganda gubernamental como apátridas, traidores o indolentes. Nada más carente de verdad, ciertamente están lejos; a veces pasando dificultades de todo tipo, limitaciones económicas, la separación de sus familias; pero allí sigue latiendo un corazón venezolano que sufre por su país y sigue de cerca nuestros dolores colectivos.

Tal es el caso de mi amiga y compañera de partido Zuleyka Hernández, odontóloga y madre valenciana, que por las dificultades económicas debió emigrar para encontrar un futuro mejor. Ese futuro que la supuesta revolución le niega a todos los venezolanos. Sin embargo, a pesar de la distancia, mi amiga Zuleyka Hernández sigue de cerca todas las noticias de su patria, se reune con otros exiliados, organizan manifestaciones en favor de la restitución democrática en Venezuela y, ahora, dada la crisis humanitaria sufrida a causa de la falta de medicinas y alimentos, organiza eventos de caridad para enviar donaciones al país por medio de la ONG “Casa de Venezuela – Orlando”.

Recientemente, esa organización ha logrado enviar algunas ayudas materializadas en medicamentos por caminos muy creativos, tratando de dar respuesta a la crisis sanitaria y al sufrimiento de tanta gente. Los volúmenes en relación a la población de Venezuela son insuficientes, principalmente por la negativa criminal del régimen militar de abrir un canal humanitario, pero esa colaboración quijotezca es sumanente entrañable, heroica y digna.





Muchos otros amigos y allegados en el exterior siguen pendientes de Venezuela, sufren cada gota de sangre derramada en las calles tras la represión desatada sobre la protesta ciudadana, saben que el hambre y la desesperación está apoderándose de nuestra cotidianidad y muchas veces se enteran en Madrid, en Lima, en Miami, o en cualquiera de los sitios donde ha llegado nuestra diáspora, de las noticias que la censura nos niega estando de este lado de la frontera.

Guardo la esperanza de ver de regreso a todos esos corazones venezolanos cuando volvamos a gozar de un gobierno legítimo, electo por el pueblo y respetuoso de la Constitución. Todos ellos serán importantes para reconstruir este país desolado por la plaga mafiosa del militarismo autocrático. Ellos que están distantes, pero no ausentes, nos dan su aliento, su ayuda, su respaldo, pero la tarea de quienes estamos aquí es seguir luchando. En la última visita de Henry Ramos Allup a Carabobo, pude escucharle en Montalban una frase que me impactó y que ahora es leitmotiv: “Primero se cansará el régimen de tiranizarnos que el pueblo en resistir”, pues si, nos toca resistir el que nuestra propia FAN se comporte como un ejercito de ocupación. Pero el latir del fervor patriótico de un pueblo destinado a ser libre se siente dentro y fuera del territorio nacional. ¡Resistencia! Del otro lado del túnel encontraremos una Venezuela Libre y de los Venezolanos.

Julio Castellanos / [email protected] / @rockypolitica