Juan Guerrero: Analfabetismo político

Juan Guerrero: Analfabetismo político

 

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Creo que fue el escritor alemán, Bertold Brecht, quien escribió que el peor analfabeta era el analfabeta político. Y esto es cierto porque en la actualidad una parte de la población venezolana indica que prefiere mantenerse al margen de la crisis.

No saben que de su ignorancia se valen los falsos políticos de utilería, corruptos y serviles, para formar grupos y partidos y así controlar el alma y la barriga de personas como usted, y mantener a otros ciudadanos en la miseria y prostituir el sagrado servicio que implica la actividad político partidista.

El analfabetismo político contribuye a la existencia de improvisados y tramposos líderes y dirigentes, pícaros y ladronzuelos jerarcas que se juntan para conformar bandas donde no existe el honor, la decencia ni bondad. Pura lealtad acomodaticia para el lucro y el dinero mal habido.

Así como se habla de analfabetismo en lectura y escritura. En los procesos del lenguaje matemático, o en música y gastronomía. Pues es exactamente igual en los procesos de conocimiento político.

La primera deficiencia de comprensión política es confundirla con partido político. Usted debe entender que la política es inherente a la actividad humana en tanto el sujeto se desenvuelve entre otros seres humanos y juntos, conforman una comunidad de intereses, que se hacen complejos en tanto desarrollan relaciones de todo tipo. Usted puede estar alfabetizado políticamente pero no necesariamente pertenecer a partido político alguno.

Se habla de política sociosanitaria o de política financiera. También de política económica e incluso, de política académica. Y lo más radical, de política educativa y artística. Porque el hacer humano es asunto político.

Cada mañana, cuando se levanta y va a la cocina a prepararse su cafecito la política lo saluda. Y precisamente ese día, por ejemplo, no encuentra su paquete de café y entonces su cerebro comienza a rondar por vericuetos, que van desde el olvido para comprarlo, la falta de tiempo, el dinero que no alcanza o la ausencia en la bodega. Entonces usted responsabiliza a otros por esa ausencia. Y no se da cuenta que eso forma parte de un universo mucho más complejo e intrincado, donde usted es parte esencial de esa carencia pero también es parte de la solución.

Y la solución pasa porque entienda que hasta que su cerebro suba el escalón de la mortificación y el desasosiego, partes de la vida emocional, hacia el escalón de una consciencia para sí, para sus intereses y el de los suyos, entenderá que debe poner a funcionar su cerebro para formarse como una persona con criterio propio, que le lleve a desarrollar una actitud proactiva.

Pero si sigue pensando y reflexionando sobre la falta de su cafecito mañanero y el por qué no puede tenerlo con seguridad en su alacena para darse ese gusto, pues debe llegar a otras conclusiones. Saber y entender que existen situaciones o problemas que usted, solo, no puede resolver. Que debe, si quiere seguir existiendo más allá de estar rascándose la cabeza y mirándose el ombligo, pasar a una consciencia donde otros individuos participen. Esto es, decantar y clarificar sus dudas.

Cuando usted llegue a esos horizontes sabrá que estará rondando los límites mismos de una consciencia más amplia, real y luminosa. No va a resolver ni resolverle los problemas a otros, pero sí entenderá el por qué de las cosas. Y no será tan fácil que otros le engañen.

De manera elemental eso es estar alfabetizado políticamente. Que mientras usted saborea su marroncito piensa en la mata de café, en quien cosechó el quintal del grano. Quien llevó los sacos para la factoría, quien lo empaquetó y en la persona que le cobró. Ese proceso lleva en sí un acto de pensamiento radical que modifica su visión de la vida y le posiciona como persona comprometida con usted mismo y con su entorno.

No siga padeciendo de analfabetismo político ni de flojera mental. Use su cerebro y piense, reflexione y actúe. Nuestra Constitución nos obliga, por ley, a participar en la solución de nuestros problemas comunes. Por ley constitucional somos co-responsables de los asuntos de nuestro entorno, social, económico, militar, educativo. Todo ello implica una visión absolutamente política.

Mantenerse al margen por no comprender su complejidad es seguir siendo analfabeta, flojo y hasta acomodaticio y de posición “política” silente que se interpreta en acuerdo con quienes lesionan e impiden el progreso de la sociedad a mejores horizontes de justicia y paz. No se convierta en residuo biodegradable, asuma su consciencia política y actúe como ciudadano.

(*)  [email protected]   TW @camilodeasis   IG @camilodeasis1