Actuemos en LEGÍTIMA DEFENSA por @CarmonaBorjas

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El régimen se desmorona estrepitosamente. Un fracaso total. Impopularidad creciente, descontento, aunado a la enorme crisis económica que afecta a todos los venezolanos.

El pueblo no reconoce ya a Maduro como Presidente, lo que crea un vacío de poder que puede generar una mayor inestabilidad, con consecuencias impredecibles. A Maduro sólo le ha quedado ejercer una brutal represión que condenan todos los sectores, en todas partes. La represión no es precisamente signo de poder, todo lo contrario, es muestra de desesperación por la pérdida de la autoridad, la pérdida de ese poder al que obedecemos y nos subordinamos, pero SÓLO si éste respeta y hace que se respeten nuestros derechos y garantías constitucionales. Una simple cuestión de medios de intercambio.





El régimen de Maduro no garantiza los derechos de los ciudadanos, derechos que se ven cada vez más mermados e irrespetados. No puede haber más respeto hacia un régimen que gira instrucciones a los órganos de seguridad del estado para que repriman de forma barbárica a las manifestaciones pacíficas de los estudiantes.  Es por ello que ya el pueblo venezolano dejó de respetar al régimen de Maduro lo que abre el derecho a la resistencia, el derecho a la rebelión, que no es necesariamente armada y nadie lo desea. Es una rebelión constitucional, pacífica, aunque la reacción de Maduro y los Cabellos y Bernales es la violencia y el terrorismo de Estado ejercido incluso a través de los tribunales militares, la última modalidad de represión.

Los estudiantes, los jóvenes valientes que abren el camino de la libertad con su sangre resisten la represión. Han ciertamente soportado los más crueles ataques de los cubanos que están en primera fila de la GNB. Sin armas, solo con sus gorras, sus morrales, escudos y violines, han hecho frente a la tiranía. Pero más allá hoy y eso hay que tenerlo presente, los jóvenes valientes que representan a la mayoría de los venezolanos hoy tienen el derecho a la LEGÍTIMA DEFENSA. Entendiendo como Legítima Defensa según el diccionario de la Real Academia a la “Actuación en defensa de una persona o de los derechos propios o ajenos, en respuesta proporcionada a un ataque ilegítimo. Esta circunstancia eximente de responsabilidad penal”. (subrayado e itálica nuestros) Es decir, que aquél que invoque la Legítima Defensa la ejerce por considerar que la defensa es necesaria para impedir o repeler una agresión injusta y por ello es que se exime de culpabilidad en ciertos delitos.

No se trata de responder a los ataques y a la violencia del régimen con armas de guerra; se trata de enfrentarlos con gallardía de quien protesta y se siente acorralado con los perdigones, los maltratos inhumanos, los golpes a mansalva por parte de los cuerpos de seguridad obligados a proteger al pueblo y las bombas lacrimógenas de la infamia. No es guerra, no es conflicto lo que se quiere. Simplemente, debemos reconocer que esos valientes jóvenes que están en las calles de todo el país, recibiendo maltratos de todo tipo, incluso latigazos con CLAVOS, arrollamientos con los vehículos del estado y otras modalidades del crimen organizado desde el estado, tiene el derecho a defenderse, a reaccionar, aunque no con la fuerza ni la maldad de quienes reprimen, pues simplemente no están en capacidad material de hacerlo.

Ojalá que el régimen entienda que no está ante un grupo de borregos que mansamente van al matadero. Ojalá entiendan que detrás de todo eso hay un bravo pueblo que no podrán controlar ni siquiera con los paramilitares del odio que han creado estos años y que han armado hasta los dientes para ejercer el terrorismo de estado.

A los estudiantes les digo, que todo esto pasará y la historia condenará a quienes, ejerciendo funciones de estado, utilizaron el poder para arremeter contra su pueblo, al mismo tiempo la historia reconocerá el valor de nuestros jóvenes que sin miedo se enfrentan al terror. Vendrán nuevas épocas, nuevos criterios, nueva gente, sobre todo gente joven, un futuro distinto pues Venezuela tiene lo que no todos tienen: la riqueza humana.

Robert Carmona-Borjas