Política para abril, por Julio Castellanos

thumbnailjuliocastellanosHija, naces en medio de una Venezuela secuestrada por una banda de uniformados que, habiendo jurado defender a su país, lo tratan tal cual lo haría un ejército de ocupación. Abril Sofía, Aunque hoy es muy temprano para que entiendas de estas cosas, espero que la posteridad te brinde la oportunidad de conocer la historia que están escribiendo con sangre y dolor los estudiantes universitarios en las calles, de hecho, para el día de tu nacimiento, han muerto más de 100 jóvenes en las protestas antidictatoriales y enlutado al mismo número de familias. Nadie está a salvo. Quienes no mueren en una protesta, mueren en un hospital por falta de medicamentos, mueren a manos de la delincuencia desatada o mueren de hambre en un país en que la inflación y la escasez son las dos caras de la misma moneda: El intento decidido de establecer una sociedad de castas en las que unos pocos tienen todo y muchos no tienen nada.

Abril Sofía, pese a ello, te agradezco mucho que no caigas en ningún momento de tu vida en las desesperanzadoras conclusiones que nos llevaron a la catástrofe que hoy sufrimos. Frases como: “La política es sucia”, “Si no trabajo, no como”, “Todos los políticos son iguales”, “todos mienten”. Resulta que por creer que la política es sucia, la gente decente no se involucró en política y los indecentes encontraron ese terreno vacío y disponible. En principio, te aclaro, políticos somos todos, dado que los humanos somos animales políticos, es decir, somos seres sociales y las sociedades necesariamente deben ser lideradas, conducidas y gobernadas de alguna manera.

Yo mismo, tu padre, he dedicado mucho tiempo a la actividad política porque creo que los venezolanos merecen ser mejor gobernados. Antes que ser gobernados por una camarilla con cualidades exclusivistas y oligárquicas, los venezolanos merecen ser gobernados por un “primos entre pares”, en otras palabras, por un ciudadano o ciudadana que, respetado por todos, sea electo por la voluntad del resto de los ciudadanos por medio de una herramienta fundamental: El voto universal, secreto y directo.





Eso sí, aun siendo electo de forma democrática, el ciudadano o ciudadana revestido de poder no debe caer en la tentación de creer que está por encima de las leyes y del derecho. Debe estar sujeto al control de otras instituciones independientes, someterse al escrutinio popular, su vida privada deja de serlo y se convierte en vida pública,  debe ser respetuoso de los derechos inalienables de todos los ciudadanos como su vida, su propiedad y su libertad.

Ten en cuenta algo, para mí, tu nacimiento me llena de esperanza y sinceramente deseo que estas cosas que te escribo sean normales y comunes para el momento en que cumplas la edad de votar. Pero, si no lo son, no te rindas ante los poderosos, no cedas tu derecho a ser quien eres, no le des el brazo a torcer a quienes intentan convertirse en dioses terrenales, todos los seres humanos somos iguales y ni siquiera las cadenas de oro deben ser toleradas. Al final, nadie tiene sangre azul, toda la sangre, incluso de quien intenta autodenominarse “Comandante Supremo y Eterno” “Caudillo por la Gracia de Dios”, “Amadísimo Líder”, “Benemérito” o “Presidente Obrero”, es roja. Abril Sofía, si existe la buena política, aquella que anhela, busca e impone la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad. Besos, querida niña mía.

Julio Castellanos / @rockypolitica / [email protected]