El espejo roto del PSUV, por Nelson Pérez

El espejo roto del PSUV, por Nelson Pérez

Nelson A. Pérez
Nelson A. Pérez

18 años han transcurrido de política chavista en la dinámica socio económica del país. Llegaron al poder del Estado en 1.999 después del fracasado golpe de estado del año 1.992. Su ascenso a la esfera gubernamental fue impulsado por una profunda crisis de gobernabilidad en los años 90 y la fractura de los partidos políticos tradicionales ya desgastados.

Su oferta política era diferente a la escuchada en toda la época del puntofijismo: “nacionalismo, inclusión social, socialismo del siglo XXI, reivindicación de los oprimidos, lucha contra el capitalismo parasitario y rentista, el poder comunal para el pueblo, revolucionarios versus escuálidos, ser rico es malo, el mar cubano de la felicidad, etc., etc.” eran las consignas y arengas políticas e ideológicas que entusiasmaban a la gran masa popular.

El liderazgo de Chávez era indiscutible emocionaba y arrastraba pueblo donde estuviera. El proceso constituyente, una de sus grandes promesas electorales, para transformar el Estado burgués en uno socialista de nueva estirpe, era el motor de su historia. Luego el concepto de parido único de la revolución –PSUV-. Es decir Chávez como líder único y absoluto, un partido fuerte, y el pueblo en comunas. Ello implicaba desaparición de los partidos opositores, ya menguados, eliminación de todo proceso electoral para gobernadores, alcaldes, Concejo Municipales, es decir: el pueblo eligiendo a su líder eterno a través de las comunas y la Asamblea nacional transformada en la máxima expresión política de los comuneros. Centralización del proceso de producción, distribución y consumo de bienes y servicios en manos del Estado, que distribuiría equitativamente la riqueza producida, a través del poder comunal, eliminando así la grosera acumulación de capital en manos de la burguesía apátrida. Fuerza armada y poder comunal en un proceso cívico militar indestructible, bandera del nuevo poder político. “no se equivoquen





somos una revolución democrática pero armada” vociferaba Chávez ante cualquier amenaza.

En el ínterin del adefesio chavista, paro petrolero, golpe de estado, asunción de nuevo al poder (en 48 horas), arremetida contra el sector empresarial, expropiaciones, confiscaciones, criminalizar la política, persecución sindical, arremetida contra la juventud estudiantil, muerte, etc.

El gasto gubernamental desproporcionado, la inmensa riqueza petrolera despilfarrada nacional e internacionalmente, la corrupción galopante, el narco estado conformándose como una estructura de gobierno.

Todo este proceso de desgobierno y enfrentamiento contra la democracia, para establecer un régimen dictatorial amparado por una constitución que no terminaban de ajustar a su medida. El pueblo negó el referendo consultivo de año 2.007 que modificaba la constitución para introducir el poder comunal, ancla de su socialismo. Fue mermando, entonces, la fuerza y la capacidad de acción política del régimen y su partido, PSUV, pasó de 8 millones de militantes de otrora, a 2 millones y medio de ahora.

Todo aquel mensaje esperanzador para el pueblo de ruptura con el pasado rentista, corrupto y hambreador del pueblo, fue transformándose en una mueca dolorosa para un pueblo que perdía la esperanza de la transformación social prometida y comenzaba a sentir es su estómago, como nunca antes, la azarosa angustia del hambre.

Chávez muere y deja un país rumbo a la depauperación, sin su líder ni la esperanza prometida. Pero antes de marcharse al otro barrio, como dicen los mexicanos, promueve como su sucesor, sin saberlo, al chavismo sin Chávez.

Maduro y su entorno más íntimo, representan la lumpen revolución. Es decir, ese estrato social que es tan contrarrevolucionario como lo es la burguesía apátrida.

El madurísmo en 5 años de gobierno arruinó al país como nunca antes en la historia republicana venezolana. El voluminoso mundo chavista de más de 8 millones de partidarios se viene a pique. Consiente de este derrumbe político, postergan todo tipo de acto electoral. Le tienen culillo a medirse electoralmente con el pueblo. Elecciones regionales postergadas, referendo revocatorio y constitucional abortado de la forma más grosera.

Lanzan entonces un salvavidas, un proceso constituyente violando abiertamente la Carta Magna, en especial los artículos 5, 347 y 348. La constitución Bolivariana de Venezuela, es un instrumento orgánico en su conjunto, todo sus articulados está orquestados de tal manera que cumplen en forma conjunta con todo el espíritu democrático expresado y contenido en el pre ambulo constitucional y es, en esencia, un pacto social democrático integro. Sin embargo el régimen en su desesperación por aferrarse al poder, interpreta cada artículo constitucional a su antojo y conveniencia.

Arrastran pues al país a una ANC inconsulta e inconstitucional que ha traído muerte y desolación a un pueblo ya duramente golpeado por el hambre, la inseguridad, la falta de medicinas y salud, corrupción, narcotráfico, híper inflación y todos los males que se le pueden inyectar a una sociedad ya desesperada y enervada por tanta injusticia social.

El fraude constituyente cometido ya no lo pueden tapar, la propia empresa que sustenta la plataforma tecnológica del proceso electoral constituyente (Smartmatic) lo señala: hubo manipulación por parte de las autoridades del CEN en la base de datos que abultaron groseramente el resultado electoral a favor del régimen. Entonces al ACN es inconstitucional y fraudulenta. El pueblo no la acepta

Los más importantes funcionarios del régimen civiles y militares están señalados e imputados por la justicia internacional, unos por narco tráfico y lavado de dólares y otros por violadores de los Derechos Humanos.

Hay un proceso de ingobernabilidad eminente y una ruptura abrupta en las filas de lo que queda del PSUV.

El pueblo ira, como demócrata que es, a las elecciones regionales pautadas y asumiremos gallardamente el poder mayoritario de las gobernaciones y Alcaldías. Presionado a su vez por la salida del régimen.

Véanse en su espejo roto, observen como es, por ahora, su rostro, ya no robusto y elocuente sino arrugado y marchito.

Consensen su capitulación, están a tiempo, pues no habrá espacio en el mundo donde puedan esconderse.

Econ. Nelson A. Pérez Valdivieso.

Miembro del Secretariado Nacional de Movimiento Progresista de Venezuela. MPV.

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