Nicolás Maduro asfixia al chavismo crítico

Venezuela's chief prosecutor Luisa Ortega Diaz speaks to the press during a flash visit to the Public prosecutor's office in Caracas, Venezuela August 5, 2017. REUTERS/Ueslei Marcelino
Venezuela’s chief prosecutor Luisa Ortega Diaz speaks to the press during a flash visit to the Public prosecutor’s office in Caracas, Venezuela August 5, 2017. REUTERS/Ueslei Marcelino

 

Una nueva era se abre paso a la fuerza en Venezuela. La Asamblea Nacional Constituyente (ANC), impuesta por Nicolás Maduro de forma inconstitucional y elegida gracias al “mayor fraude electoral de la Historia de América Latina”, confirmó ayer la destitución de la fiscal rebelde, Luisa Ortega. Más vértigo para un país a la deriva. Reseña elmundo.es

Por Daniel Lozano





Se trata de la segunda decisión del órgano fiel al presidente, que se atribuye poderes absolutos cuando su verdadera tarea debería ser redactar una nueva Carta Magna. Con la primera medida también dejaron muy claro que piensan exprimir esos poderes: la ANC se prolongará hasta agosto de 2019, siete meses más allá del supuesto fin del mandato presidencial.

“La ANC ha abierto la compuerta a una nueva etapa en la revolución”, confirmó el primer mandatario. Pese a la imposición de la ex canciller Delcy Rodríguez como presidenta del cónclave bolivariano, es el radical Diosdado Cabello quien lleva la voz cantante. El militar retirado propuso, y así fue aceptado, que seguirían sesionando incluso más allá del período acordado. Para no dejar ninguna duda de que en Venezuela se ha instalado un híbrido del Comité de Salud Pública de la revolución francesa y del modelo cubano, que apunta a un régimen de partido único con unos pocos disidentes consentidos.

Las dos primeras decisiones también despejaron el modus operandi: Cabello se levantaba y proponía, todos aplaudían jubilosos, Rodríguez decretaba unanimidad y listo. Ni debate ni ideas ni contrapropuestas. Ni siquiera con unanimidad, porque los 545 delegados impuestos el 30-J no caben en la Sala Elíptica de un Palacio Legislativo tomado por el Ejército.

El plan revolucionario sigue así paso a paso la hoja de ruta marcada por el Palacio de Miraflores, pese al repudio internacional ante sus acciones. El Mercosur decidió ayer suspender de forma indefinida a Venezuela tras la “ruptura del orden constitucional”, tras el giro a última hora de Uruguay, apoyado por el ex presidente Pepe Mujica.

El presidente, señalado otra vez, contestó en una entrevista para una emisora de radio amiga en Buenos Aires. “A Venezuela no la sacarán del Mercosur jamás. Es una persecución ideológica”, añadió, atacando con saña a los presidentes Macri y Temer, pero evitando pronunciarse sobre la censura del Gobierno del Frente Amplio uruguayo.

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