El precio de los psicotrópicos “es de locos” en el Zulia

El precio de los psicotrópicos “es de locos” en el Zulia

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Llorando, dando gritos o desesperanzados. La montaña rusa emocional y sentimental que abordan los pacientes, familiares o amigos de quienes necesitan ingerir psicotrópicos acelera cada día más “rumbo al precipicio”. La escasez y los altos costos sirven de combustible para avivar el “drama” en las farmacias. Así lo reseña laverdad.com

Por Francisco Rincón





Paula necesita alprazolan para su abuela de 90 años que lo utiliza para dormir. Sin ??l, en el transcurso de varios días “mamá”, como le dice, apenas logra dormir un par de horas. El récipe que mantiene a diario, sucio y roto, sirve de testigo para el “viacrucis” que emprende todos los días en busca del fármaco.

Los problemas de miles de pacientes, tienen varias aristas, de las cuales destacan dos. El primero radica en los precios “exorbitantes” que rondan entre los 30 mil y 70 mil bolívares por una caja que alcanza solo para un mes. Si se toma en cuenta el salario mínimo, los pacientes necesitan ahorrar el dinero equivalente de entre 10 y 22 días de trabajo para adquirir 30 tabletas. Estéfany, nombre ficticio, es encargada de una farmacia en San Francisco y comenta que los “bachaqueros con factura” o proveedores, les ofrecen una caja de bromazepan por 45 mil bolívares.

Pecado

La venta de fármacos que actúan sobre el sistema nervioso central con efectos sedantes, hipnóticos, ansiolíticos, anticonvulsivos, amnésicos y miorrelajantes, no es exclusiva de los expendios de medicamentos. En el centro de la ciudad y La Curva de Molina es normal observar tarantines con medicinas, que incluyen psicotrópicos, sin ningún tipo de control frente a las autoridades. En estos espacios, los precios “sacan los ojos” y los “inescrupulosos” se aprovechan de la necesidad.

Una encuesta por distintas farmacias de Maracaibo, permitió conocer que a pesar de los precios, ocho de cada 10 personas que preguntan por las medicinas las adquieren o regresan a buscarlas. “Desesperados”, salen a prestar el dinero que necesitan, hacen avances en lugares cercanos si no funciona el punto de venta e incluso “le dicen a los cajeros o al encargado” que les completen para poder llevárselo.

El dinero en muchos casos “no es el problema” y la escasez “termina de atentar contra la vida”. Freddy Ceballos, presidente de la Federación Farmacéutica Venezolana (Fefarven), asegura que desde el año 2012 viene presentándose esta “tragedia” que con el paso del tiempo se agudizó. “Vemos llorar a las personas a las puertas de las farmacias desesperadas. Las damas expresan con mayor efusividad sus sentimientos mientras que los hombres se tornan más agresivos por la situación, pero ninguno agrede al farmacéutico”.

Mundo desmoronado

Por una “cajita” de alprazolan, alpram, clonac, clonatril, clonazepan, lexotanil o bromazepan “dan la vida” y diariamente, los empleados farmacéuticos son testigos silentes de la desesperanza, desesperación, llanto, depresiones, angustias, impotencia, rabia y tristeza frente a los mostradores por “no conseguir la medicina o no poderla comprar”, situación que “desmorona su mundo”.

En un día promedio, entre 20 y 40 personas preguntan en los establecimientos comerciales por la existencia de los psicotrópicos. Ana Montiel, que permanece detrás del mostrador de un local ubicado en Bella Vista, reitera que “nadie se salva” y por el lugar desfilan padres, madres, esposas, hijos, abuelas, tíos, amigos y primos que al igual que Paula, “peregrinan” nerviosos las farmacias “sin mayores alternativas”.