Olga Hidalgo de Curiel: Toque de Diana

Olga Hidalgo de Curiel: Toque de Diana

 

 

 





Lo inaudito sucede en ésta porción geográfica del universo, lo indigno nos acecha con premeditación y vileza, pareciera que un hado pernicioso y maléfico se nos atraviesa en el camino y cuando menos acordamos los muertos resucitan, viven, hablan, cantan y exhiben maravilloso plumaje; otros cadáveres andantes vagan silentes bajo el peso de sus malos procederes e infinitas miserias, esperan la oportunidad de subirse al tren que les permita tomar oxígeno y asumir roles de “perdona vidas” y de vivir nuevamente protagonismo y poder.

 

Los promotores de la A.N.C no engañaron a nadie, pregonaron con clamoroso acento todo lo que se proponían, los medios fueron suyos con desfachatez y arrogancia, hablaban con seguridad, con mazo incorporado, sabían que el carnet de la patria haría su parte y las máquinas y el resto el C.N.E.

 

Los resultados, la cajita feliz para algunas privilegiados; traía entre otras menudencias trágicas “el poeta del testigo estrella”, la inefable diplomática de sonrisa luciferina, la usurpación anunciada de la Fiscalía General; el talante convicto y confeso del que expresó con orgullo que “las sanciones fortalecían su compromiso con la revolución” y otros del escogido elenco directivo, globos de ensayo para adquirir renombre, que dan visto bueno a todo sin chistar piezas modulares que siempre son útiles. Todo un equipo capaz de ensamblar con odio, saña y venganza mecanismos para doblegar a los que distintos piensan y que les adversan desde hace 18 años.

 

Llama la atención exprofeso, además, la exigencia de la carta de buena conducta para optar a cargos de elección. Me pregunto: ¿quién de todos ellos puede darla ó en cambote refrendarla? No se presume la buena conducta, se vive en cada proceder de la vida y se dá testimonio de ella en toda actuación. Solo los que tienen conducta intachable, que no están en entredicho, moralmente éticos, pueden acceder a esa responsabilidad, lo demás es “piedra de escándalo

 

La Ley contra el Odio, la Intolerancia y la Violencia, cinismo y descaro al por mayor, habría que auto aplicársela a promotores y redactores de la idea; conocemos de sobra el uso de la barbarie Intolerante, la persecución a los adversarios del régimen, no enemigos; hartos estamos de la Violencia en calles y pueblos con la creación de las bandas armadas que asaltan, matan, roban bienes y propiedades ajenas bien adiestradas por mentes siniestras traídas de la Cuba Comunista.

 

No es arriesgado pensar que éste instrumento legal es todo un ardid de intereses ocultos. El decreto contra el Odio podemos descifrarlo en ésta actitud que ya vimos y oímos: “dialogar por las buenas o por las malas”, fusil sobre la mesa y todos atados a la silla, dialogo a la fuerza.

 

A nadie habrá de herir lo que aquí digo”:

 

A pocas horas de instalada la A.N.C, se produjo la destitución de alcaldes, saltando todas las instancias legales y amañando otras. A los dirigentes presos que los ruletean como les dá la gana, entre sombras los regresaron a sus hogares con la expresa prohibición de no opinar, administrando así impúdicamente, una vez más, la arbitrariedad y la retaliación como arma política dictatorial; y a pocas horas en Coro donde la desvergüenza, el poder obsceno y el abuso colgaron su hamaca, las redes nos dejaron ver en detalles a un personaje del estrellato político, vigilar atento los bultos de harina pan que colocaban en un camión, como es costumbre, para darle uso personal a los del entorno que sangran al vecindario en esta maravilla de socialismo siglo XXI donde todo es posible.