Nelson A. Pérez: Para los amigos chavistas

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Permítanme, amigos chavistas, hacer algunos comentarios, teóricos, a cerca de eso que llamamos socialismo, comunísimo,  y  en los últimos tiempos  socialismo del siglo XXI.

En principio los términos comunismo y socialismo fueron desarrollados por Carlos Marx y Federico Engels. Expresan en su contenido la idealización de una civilización superior a las sociedades de clases  vividas por el hombre hasta ahora. En ella se plantea un mundo sin explotados y explotadores, sin ricos ni pobres, sin Estado opresor, sin ejércitos, sin guerras, sin contaminación ambiental, etc., es decir, una sociedad de iguales, en donde la conciencia social de los hombres y mujeres será de tal plenitud que no existirá excluidos entre los seres humanos, todos tendrán los mismos derechos  y  obligaciones, habrá plena armonía entre la naturaleza y el hombre, etc. Un mundo en donde la concreción de todos aquellos conceptos de altruismo humano,  haría posible una civilización verdaderamente humana en todo el sentido de la palabra.

Carlos Marx, sociólogo, e ideólogo de ese supremo estado de la civilización humana, escribió muchos textos al respecto, e hizo una crítica al naciente capitalismo de su época, texto conocido como El Capital, pero en esencia era una crítica a la economía política del mercado capitalista, muchos de sus postulados, cobran hoy, mucha vigencia.

Quisiera referirme en particular a un párrafo de su libro “Crítica al Programa de Gotha (1.875). Dice así: ….”cuando el trabajo no sea solamente un medio de vida, sino la primera necesidad vital; cuando, con el desarrollo de los individuos en todos sus aspectos, crezcan también las fuerzas productivas y corran a chorros lleno los manantiales de la riqueza colectiva, sólo entonces podrá rebasarse totalmente el estrecho horizonte del derecho burgués, y la sociedad podrá escribir en su bandera: ¡De cada cual, según sus capacidades; a cada cual, según sus necesidades! “ 

Permítanme una interpretación de este pensamiento marxista.

….”cuando el trabajo no sea solamente un medio de vida, sino la primera necesidad vital”. Es decir; cuando el trabajo deje de ser asalariado, que no tengas necesidad de vender tu fuerza de trabajo (conocimientos) a un tercero para poder vivir, sino que, el trabajo sea la circunstancia esencial de la vida misma. El trabajo productivo, en todos sus aspectos, sería la condición necesaria, suficiente y fundamental para la vida.

..”Cuando, con el desarrollo de los individuos en todos sus aspectos, crezcan también las fuerzas productivas y corran a chorro lleno los manantiales de la riqueza colectiva”. Es decir: Cuando el desarrollo individual de los seres humanos, o sea, el hombre cada vez más cerca del conocimiento científico, en sus actuaciones cotidianas de vida, provoque un crecimiento gigantesco de acervo tecnológico en la sociedad, entonces, se producirá como consecuencia, una interacción entre el hombre y la naturaleza que permitirá que la riqueza producida corra a borbollones y alcance para todos.

Fijemosno que Marx, pone al individuo como centro neurálgico de su planteamiento, es decir: es indispensable el crecimiento científico individual del ser humano, para luego se potencie la sociedad científica como garante de la abundancia y la materialización, para todos, de la riqueza producida.

En este sentido Marx parte de esa ley, fundamental, de la dialéctica que señala que todo en el universo y en la vida misma, se desarrolla  de lo particular a lo general, siempre en esa dirección, y no al revés.

Esa sociedad imaginaria sería muy distinta a la que nos cobija ahora. Un hombre o mujer podrá ser a la vez: médico, ingeniero, poeta, educador, científico, mecánico, etc. El nivel de riqueza producida y el horizonte de la conciencia social serían tan amplio que lo producido alcanzaría para todos sin ningún tipo de mezquindades. Pero con una condición el trabajo seria la vida misma, es decir, no hay cabida para el desempleo u holgazanería.

…..”sólo entonces podrá rebasarse totalmente el estrecho horizonte del derecho burgués”. Es decir; es un estadio de vida futura en donde se superen las formas desiguales de la distribución de la riqueza social producida, entre empleados y empleadores, en donde las tecnologías incorporadas al proceso productivo sean de altísima elaboración científica, no concentradas en pocas manos, sino pertenecientes a toda la sociedad. Una sociedad con niveles de conciencia social superior, en donde todos sean iguales ante la ley y sobre todo ante sí mismos. Una sociedad en donde el Estado, como lo conocemos, desaparecerá y surgirán nuevas normas y formas de convivencia igualitaria. Es decir un una sociedad superior en su máximo eslabón de plenitud y vida. Las tecnologías para la guerra desaparecerán y la única contradicción posible a resolver es la contradicción entre el hombre y la naturaleza que lo sustenta.

“y la sociedad podrá escribir en su bandera: ¡De cada cual, según sus capacidades; a cada cual, según sus necesidades!”  Es decir: los diferentes niveles científicos de conocimiento de los individuos, en la trama social, no serán obstáculo alguno para que sean cubiertas por igual, para todos, las necesidades de vida en  la sociedad.

Como vemos esa idealización del hombre comunista que esboza Marx en el párrafo anterior, no corresponde al hombre de la actualidad, por lo tanto el comunismo no es más que una utopía que Marx cree realizable por generaciones futuras. Tal vez el hombre del año tres mil.

No solo Marx Plantea la posibilidad de una sociedad plana de la máxima felicidad posible.

En la época pre capitalista La usura era considerada inmoral, pues prevalecían las ideas aristotélicas de que el dinero era estéril, “pues la naturaleza y el trabajo eran la fuente de la riqueza”. Tomás de Aquino (1.225-1.264) señalaba “comerciar por simple amor al comercio es vergonzoso porque acrecienta el apego al lucro sin límites…. El comerciante debe buscar la utilidad no como un fin, sino como remuneración al trabajo”.

 William Petty, mercantilista liberal inglés, mediados del siglo XVIII, señalaba “El trabajo es el padre y el principio activo de la riqueza, así como la tierra es la madre de ésta”.

 Tomás Moro un aristócrata de la Corona Real Española, siglo XVI, se estableció en México, dirigiendo un Virreinato. Observo, con atención, las formas de la civilización de los nativos de esas nuevas tierras. Su vinculación armónica con la naturaleza, sin guerras, sin excluidos,  sin dueños y esclavos, sin propiedad privada, etc. Lugo escribió un libro titulado Utopía, donde expresó metafóricamente esa vivencia, imaginado una isla desconocida, en la que se llevaría a cabo la organización de una sociedad ideal, semejante a la que observaba.

De tal manera, la idea del logro de una sociedad plana de felicidad es una vieja aspiración del ser humano, expresada por muchos filósofos y estudiosos de nuestro devenir a través de la historia de la civilización. Lo que sucede con Marx es que sacó del estrecho horizonte de los atisbos, esa utopía, y le dio carácter de ciencia social, a través del materialismo histórico y el materialismo dialectico.

Ahora esa necesidad humana en la búsqueda de la  máxima felicidad posible esbozada por Marx en sus tesis filosóficas, llega a tierra venezolana con un nuevo cliché, el denominado Socialismo del Siglo XXI.

El Presidente Chávez expresó el contenido ideológico del socialismo del siglo XXI en un discurso, el 15 de diciembre de 2006, cuando señaló: “no habrá socialismo sin transformación económica, no habrá socialismo sin democracia participativa y protagónica en lo político, no habrá socialismo sin ética socialista, el amor, la solidaridad, la igualdad entre los hombres, las mujeres, entre todo, esos son los elementos fundamentales del socialismo, de nuestro socialismo en construcción”.

 Sociológicamente Chávez utiliza los mismos términos altruistas de los grandes filósofos de la historia humana, en la búsqueda de una sociedad humanamente justa. Pero a diferencia de éstos científicos sociales, le da un carácter fetichista, engañoso, al ideario socialista.

1.- Utiliza las más sublimes doctrinas altruistas para dividir la sociedad venezolana entre escuálidos y revolucionarios: en vez de resolver la desigualdad social la profundiza y le saca provecho.

2.- Enfrenta al sector productivo nacional y lo confronta al pueblo, señalando: “ser rico es malo”.

3.- Pretende imponernos el modelo social cubano como el destino que nos corresponde “El mar de la felicidad”.

4.- “no importa que pasemos hambre” pero el socialismo, a trocha y mocha, es nuestro destino, etc.

Es decir, todas estas frases aparentemente simplistas, que calan en el pensamiento de los más humildes, están hechas con un propósito determinado, crear un mensaje subliminar para imponer una figura y una forma de gobierno engañosa, que nada tiene que ver con el socialismo científico.

Posteriormente imponen el cliché del poder comunal, o sea,  el presidente como máxima figura del Estado y por debajo el pueblo hambreado en comunas. Con ello el fortalecimiento del Estado Comunal, todo poderoso imponente y desafiante ante cualquier desviación al pasado “burgués”.

Que tiene que ver este cliché comunal con el alzamiento de la Comuna de Paris, movimiento insurreccional que gobernó, brevísimamente, la ciudad de París del 18 de marzo al 28 de mayo de 1871, instaurando un proyecto político popular autogestionario, que para algunos autores, se asemejó al anarquismo. Es más, el propio Marx se opuso inicialmente a tal levantamiento pues lo considero inoportuno e inviable.

El socialismo del siglo XXI, es una gran mentira política para justificar lo que a la postre se transformó en un estado forajido, que destruyo al país, sometiendo a la gran mayoría del pueblo venezolano a 18 años de desasosiego, crisis y hambruna.

Más de dos billones de dólares entraron al país durante estos 18 años de gobierno y fueron despilfarrados. La producción de hidrocarburos cayó en más de 800.000  barriles diarios desde 1998 al 2016. La industria petrolera financieramente quebrada y mantenida por los bonos que emite el BCV. La duda externa supera los 250 millones de dólares. La crisis hospitalaria es desastrosa. La inseguridad cobra cientos de muertes semanalmente. La hambruna se apodera de la población en general golpeando a los más desposeídos. La migración de millones de jóvenes hacia otros países es indetenible. La educación en su más bajo nivel de calidad. La deserción escolar es alarmante. La infraestructura de redes eléctricas, agua potable y aguas servidas inservibles a lo largo y ancho del país. Las vialidades nacionales intransitables.

Que tiene que ver esta tragedia económica y social con el socialismo científico. Nada absolutamente nada.

Por eso la necesidad de votar mayoritariamente en el proceso electoral venidero para escoger 23 gobernadores, como fase previa a la salida de este régimen de narcotraficante.

Econ. Nelson A. Pérez Valdivieso.

Miembro del Secretariado Político Nacional del Movimiento Progresista de Venezuela. MPV.

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@nelsonperezv