Juan José Moreno:  Más del cinismo y de la ridiculez gubernamental

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Ultimas Noticias en su edición del jueves 24 titulaba en primera página: ”La ex fiscal protegía a peces gordos”, y agregaba en el mismo resumen de portada, “Tarek William Saab anuncia que reabrirán causas de empresas que recibieron dólares”. ¿Qué tal, no es el colmo del cinismo y la ridiculez gubernamental?

Porque, recordemos, ¿acaso lo que el periódico oficialista señala como “peces gordos” no son,  ni más ni menos, que los que el propio corresponsable de las vagabunderías del gobierno chavista, Jorge Giordani, denunciaba como empresarios de maletín, quienes obtuvieron de Cadivi fabulosas sumas de dólares presuntamente dirigidas a la importación de bienes en el exterior que nunca se llegaron a justificar?.





¿Por qué en su oportunidad no se publicó, ni se termina de publicar, la famosa lista de todas esas personas, curruñas y compañeros de armas del entonces presidente de Cadivi, el coronel Manuel Barroso, que fueron señaladas como beneficiarias del festín gubernamental con los dólares de la nación?, nos preguntamos también.

Pues no, no se publicó la fulana lista en aquella oportunidad, como entendemos que tampoco ahora se publicará, pese al cínico pronunciamiento del fiscal usurpador, quien además, de acuerdo con denuncias de la fiscal legítima está involucrado en otros actos de corrupción relacionados con turbios manejos, también con los billetes verdes, en Pdvsa. A propósito de esto, la verdaderamente honorable ex magistrada Blanca Rosa Mármol de León, denunciaba en su cuenta de Twitter que Saab se disponía al sobreseimiento de la causa que lo involucra en los manejos dolosos de Pdvsa. ¿Cómo la ven?

Además, de la respuesta de Saab lo que queda claro es que si hubo o no corrupción, aclararlo ahora no cuenta porque presuntamente la fiscal lo dijo después de 10 años de su consumación. Señalar que la denuncia es a destiempo es admitir que es cierta y que debe ser debidamente procesada, cuando cualquiera que conozca tan solo un poco de la legislación venezolana sabe que los delitos de corrupción, como los de lesa humanidad, no prescriben.

Otro Caretabla, pasado también de ridículo, en su abominable programa de televisión, el capitán Cabello, ironizaba igualmente en relación con la denuncia de la destituida fiscal Ortega Díaz,  quien dijo poseer pruebas sobre la entrega en sobornos por parte de la enjuiciada empresa brasileña Odebrecht al susodicho, expresando: “La señora dice que no sé quién  me depositó $100 millones. Te los regalo”.  Y uno que no tiene los “pelos del burro en la mano”-como reza el refrán criollo-  para culpar ni negar culpabilidad de alguien sobre enriquecimiento ilícito, solo puede preguntarse ¿de verdad el capitán es tan limpio como hace creer? De eso solo la justicia divina podrá responder, o la que puedas venir en Venezuela cuando la legalidad de nuestras instituciones vuelva a funcionar.

Y en ese festival del cinismo instaurado en el país desde el arribo al poder de esa plaga que azota a la población, cada vez más hambreada y alejada de una calidad de vida que hoy añoran todos los venezolanos, destacan hechos tan ridículos como entregar réplicas de la espada del Libertador a personas que son señaladas por el gobierno de la nación considerada como el mayor ejemplo de democracia y legalidad en el mundo como involucrados en hechos que atentan contra los derechos humanos de los venezolanos y algunos por negocios ilícitos, entre ellos el tráfico de droga. Y que no nos vengan con el cuento de que los Estados Unidos es lo peor que existe, cuando la mayoría de los enchufados del régimen tienen bienes  y  familias, especialmente hijos, viviendo al amparo de Gringolandia.

Teatreros, y de los malos, es su especialidad. Montar los más ridículos escenarios es su estilo de “gobernar” y de allí que tengamos que calarnos todos los venezolanos los espectáculos de mala muerte que a cada raro nos fuerzan a mirar y escuchar a través de las obligadas cadenas de radio y televisión, incluyendo los parapetos relacionados con los supuestos “ejercicios de soberanía” como los que, precisamente, en estos momentos  usted, amigo lector, se ve forzado a recibir en sus hogares a través de la red de medios públicos y privados. Vaya, encienda ahorita mismo su televisor y después me cuenta si es verdad o mentira lo que digo.

@JJMorenoA