Los hermanos Kelloggs: Enemigos íntimos que cambiaron la alimentación mundial

John Harvey Kellogg (izq.) y Will Keith Kellogg. (Foto: NHPR)
John Harvey Kellogg (izq.) y Will Keith Kellogg. (Foto: NHPR)

 

Dos elementos sin los cuales es difícil imaginar el mundo contemporáneo, los cereales para el desayuno y el concepto de bienestar, no existieron hasta el siglo XX. Sus creadores fueron dos hermanos—uno médico, otro empresario— que impulsaron el concepto de bienestar y un producto asociado. John Harvey y William Keith Kellogg cambiaron los hábitos de generaciones. Y se llevaban como Caín y Abel, según un nuevo libro The Kelloggs, que cuenta su historia increíble.

Su autor, Howard Markel, escribió: “John y Will comenzaron su ascenso al panteón de la historia estadounidense con la construcción de su Sanatorio de Battle Creek, un centro médico, spa y hotel que alguna vez tuvo fama mundial”.





En Michigan, donde los hermanos habían nacido en una comunidad de adventistas del Séptimo Día, el médico John creó en 1878 el centro de “vida biológica”, que a pesar de la redundancia resultó una religión. Al lugar, que administraba el industrialista Will, iban empresarios, celebridades y políticos —entre los habitués se contaron Henry Ford, Thomas Edison y John D. Rockefeller—, que pagaban fortunas por comidas especiales y tratamientos extraños, todo de moda.

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“Durante más de medio siglo, el San [como lo llamaban los Kelloggs] atrajo multitudes que buscaban de manera proactiva la salud y el bienestar”, sigue la presentación en el libro. “Los hermanos también desarrollaron una editorial médica exitosa, una compañía de máquinas de ejercicios y baños solares eléctricos, escuelas de cocina y de cuidado, un terciario y otras diversas empresas rentables de productos para la salud”.

Y sobre todo desarrollaron una hostilidad robusta, que se fortaleció a medida que crecían el prestigio del médico y la empresa del menor. Los celos y la desconfianza fueron la marca de su vínculo fraternal, que se expresó en juicios mutuos a lo largo de sus vidas. Cuando John murió, en 1943, a los 91 años, seguían peleados, sin hablarse.

“Desde finales del siglo XIX hasta la Segunda Guerra Mundial, John —el mayor por ocho años— fue uno de los médicos más queridos de los Estados Unidos”, escribió Markel. “Sus libros eran best sellers mundiales. Millones de personas seguían los consejos que daba en esos volúmenes, sus conferencias y su revista, Good Health (‘la revista de salud más antigua del mundo: fundada en 1866’), incluidas algunas de las celebridades más destacadas del día”.

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En 1921 fue nominado al premio Nobel de Medicina por “su investigación vital” sobre digestión y dieta. Y en 1932 una encuesta lo ubicó segundo en una lista de 25 “luminarias nacionales”, detrás del presidente Herbert Hoover.

En esos mismos años Will se convirtió en uno de los empresarios más exitosos del mundo. “En 1906 fundó la Compañía de Hojuelas de Maíz Tostado de Battle Creek, como se llamó originalmente la Compañía Kellogg, que hoy disfruta de más de USD 14.000 millones en ventas netas anuales de cereales para el desayuno, tentempiés y otros alimentos manufacturados en 180 países del mundo”, agregó Markel.

John Harvey Kellogg litigó contra su hermano durante una década. (Foto: Wikipedia)
John Harvey Kellogg litigó contra su hermano durante una década. (Foto: Wikipedia)
“Con ingenio e ímpetu, Will Kellogg revolucionó la producción masiva de alimentos, invirtió una fortuna para promocionar sus mercancías entre el público y, como resultado, hizo una fortuna aún mayor. Cuando terminó de amasar su riqueza, creó los medios caritativos para donarla a aquellos que más necesitaban ayuda y apoyo”.

Nada de eso les dio paz. El trasfondo de la relación entre ellos era malo desde la infancia. John fue un hermano mayor abusivo, que nunca se perdió una oportunidad de humillar a Will. Hasta la muerte, Will se sintió siempre aplastado por su hermano célebre, y John se sintió robado por su hermano menor.

Todo comenzó dentro del San, que tenía 1.000 empleados y 10 veces más pacientes, a los que alimentaba con sus propios vegetales y frutas cultivados en 162 hectáreas, y sus propios productos animales que elaboraban y enlataban.

La carne y el azúcar estaban prohibidos, igual que el tabaco; el ejercicio regular era tan necesario como el sueño y el agua. John Kellogg usó tempranamente psyllium y leche de soja. Pero también tuvo algunas ideas extravagantes: la gente debía masticar la comida hasta su nivel atómico, por ejemplo, y las mujeres recibían de su mano un masaje pélvico cuya función médica se desconoce hasta el momento.

En el San, John creó un desayuno saludable, basado en plantas, que se fue perfeccionando hasta que su hermano Will comenzó a comercializarlo en cajas. Fue en el año 1906, que todavía se recuerda como una revolución: el desayuno no sólo era más sano sino también extremadamente sencillo. Fue también el punto de ruptura entre los dos hermanos.

Will había comprado a John la receta de las hojuelas de maíz, y las comercializó como Kellogg’s Corn Flakes. Al ver que había un enorme mercado fuera del sanatorio, John comenzó a vender también otros productos, granolas, con la misma marca. Will, que gastaba fortunas en publicidad, lo demandó: el nombre, dijo, le pertenecía.

John argumentó que él también se llamaba Kellogg. A lo largo de una década los hermanos se cruzaron reclamos judiciales, y llegaron hasta la Corte Suprema del estado de Michigan, ante la cual Will sostuvo, a comienzos de la década de 1920: “A esta altura, cualquiera que escuche el nombre Kellogg piensa en los Corn Flakes”. El tribunal máximo falló a su favor.

“Fueron incapaces de refrenar la destrucción originada en su pelea interminable”, evaluó el autor de The Kelloggs. “En su ancianidad, los dos hermanos llegaron a arrepentirse de los efectos corrosivos de su enemistad, aunque nunca pudieron lograr una solución pacífica”.