¡Abstente! por Dulce María Tosta

¡Abstente! por Dulce María Tosta

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Muchos son los compatriotas que cavilan acerca de concurrir a la cita electoral del 15 de octubre convocada por el régimen.

En mi peregrinaje diario para encontrar alimentos y medicinas, he conversado con personas de diferente nivel socio cultural que piensan depositar su voto por un candidato opositor –sin siquiera averiguar su nombre– como una forma de latiguear al régimen que las ha sumido en la miseria y la desesperanza y como un gesto que las aproxime a recuperar la libertad y la prosperidad perdidas.





Son esas personas de buena fe las que se percatarán, antes de que termine el mes de octubre, de que esta es la tercera vez que son utilizadas para alcanzar objetivos secretos y fines inconfesables. La primera fue el 6D de 2015, cuando los candidatos de la MUD alcanzaron el 75% de la preferencia electoral y la segunda el 16 de julio recién pasado, cuando más de siete millones expresaron su ardiente deseo de extrañar para siempre a los hombres y organizaciones que nos están dejando sin País.

Apenas conocí la convocatoria decidí abstenerme, en virtud de las siguientes consideraciones:

a) Hasta donde alcanza mi conocimiento, los gobernantes no realizan voluntariamente actos que disminuyan su poder o reduzcan su esfera de acción. Lo que diferencia a los demócratas de los tiranos es que los primeros aceptan las reglas del juego y se someten a ellas, tal como lo hizo Carlos Andrés Pérez al entregar sumisamente la Presidencia, acatando una decisión del Congreso; por su parte, el tirano desacata, manipula, finge y hasta se atreve a patear la mesa si la situación lo requiere, tal como lo hicieron Pérez Jiménez al perder el plebiscito en 1957, y Maduro al salir derrotado en las presidenciales de 2013.

b) Aquí, desde hace mucho tiempo, la Constitución dejó de ser el instrumento jurídico fundamental que establece los más elevados principios de la Nación y del Estado, para convertirse en un «librito azul» o, aún peor, en «la bicha», útil o inútil, según las circunstancias. Una gruesa violación a sus preceptos la constituyeron tanto la manipulación

de los requisitos para llamar al revocatorio presidencial, haciéndolo imposible, como el retardo deliberado de la convocatoria a elecciones de gobernadores de estado.

c) El repentino y extemporáneo llamado a elecciones de las primeras autoridades estadales, cuando el régimen se tambalea ante la contundencia de la presión internacional, nos obliga a pensar que los motivos reales van mucho más allá de la renovación de gobernadores; que lo que se pretende es producir una sensación de democracia que haga aparecer a los líderes mundiales que claman por la salida de Maduro, como unos entrometidos irrespetuosos de la voluntad popular libremente expresada mediante comicios.

d) Cada día se hace más evidente que la oposición auténtica, la que en verdad se oponía al desastre chavista, desapareció el 13 de abril de 2002, cuando Baduel restituyó a Chávez en el poder. A partir de ese momento, surgió una «oposición Prêt-à-porter» que, cual perro chiquito, ladra mucho y no muerde a nadie, escandaliza y cuando se torna molesta para el régimen, se sienta en la mesa de negociaciones para exigir un buen trozo de ese gran pastel llamado Venezuela.

e) Con la creación de la asamblea nacional constituyente que evidentemente maneja Maduro a su antojo, éste se convirtió en una suerte de rey medioeval que no obedece más normas que las derivadas de su voluntad. De esta manera, se produjo una transferencia de la soberanía que en justicia corresponde al pueblo y fue incorporada en el artículo 5 de la Constitución, hasta un omnímodo y omnipotente jefe de régimen cuya ilegitimidad ha movido la conciencia democrática universal.

Así las cosas, votar sólo producirá beneficios para el régimen y sus socios, oxigenará al chavismo y le permitirá a los partidos de la llamada IV República (ahora MUD) seguir disfrutando del antichavismo de la gente.

@DulceMTostaR