Consejero espiritual judío fue sentenciado a 103 años de prisión por abuso sexual

Consejero espiritual judío fue sentenciado a 103 años de prisión por abuso sexual

Foto: Archivo

Un consejero espiritual de la comunidad judía ultraortodoxa hasídica de Nueva York fue sentenciado el martes a 103 años de prisión tras haber sido hallado culpable de abuso sexual de una niña de 12 años, indicó la Fiscalía de Brooklyn (sudeste).

Nechemya Weberman, de 54 años, había sido condenado en diciembre pasado por 59 cargos vinculados con crímenes sexuales y de abuso de menores contra una niña de 12 años.

Rachel Krausz, la madre de la víctima, había enviado a su hija de 12 años a sesiones con Weberman -considerado un “terapeuta sin licencia” por la Fiscalía-, porque en la escuela le habían dicho que tenía problemas de comportamiento.





El consejero abusó de la menor “múltiples veces” desde el inicio de las consultas en 2007 hasta 2010.

Antes de que se diera a conocer la sentencia, la víctima dijo ante el tribunal que Weberman actuó “sin la más mínima piedad”, convirtiéndola en “una chica que no quería vivir en su propia piel”.

“Él nunca tendrá una sentencia equivalente al sufrimiento que infligió, sin la más mínima piedad, a almas inocentes e indefensas”, señaló, según una copia de su declaración distribuida por la fiscalía.

“Realmente espero que este caso siente un precedente…”, agregó.

El fiscal Charles Hynes afirmó en un comunicado que “si hay un mensaje para sacar de este caso es que esta oficina perseguirá la maldad del abuso sexual de menores sin importar en qué lugar de este condado ocurra”.

El juicio contra Weberman reveló detalles de la comunidad hasídica, generalmente muy cerrada y que se concentra en Brooklyn.

La madre explicó que nunca hubiera imaginado un comportamiento de este tipo por parte del consejero espiritual, dadas las estrictas reglas de la comunidad, en la que las personas de distinto sexo están siempre separadas y donde las relaciones extramaritales son un tema tabú.

Según la mujer, su hija tenía problemas para aceptar las reglas de la religión que obligan a las jóvenes a vestirse de manera modesta, con medias gruesas que cubren las piernas.

La adolescente había sido reprendida por haber abierto el primer botón de su camisa.

Es muy raro que acusaciones de este tipo en la comunidad hasídica lleguen a la justicia civil.

AFP