La chaqueta naranja de Merkel brilló en la Celac

La chaqueta naranja de Merkel brilló en la Celac

Reuters

La chaqueta naranja que vestía hoy la canciller alemana, Ángela Merkel, durante la inauguración de la Cumbre Celac-UE, la hizo brillar en la foto oficial de la cumbre entre el mar de trajes oscuros que prefirieron los más de 40 jefes de Estado y de Gobierno reunidos este fin de semana en Chile.

Con su elección de traje, Merkel posiblemente pudo sobrellevar mejor que sus colegas los más de treinta grados que se registraban en Santiago en el momento en que fotógrafos y camarógrafos inmortalizaron el encuentro biregional de los mandatarios en el centro de convenciones Espacio Riesco, sede de la cumbre.

El calor del verano austral llevó a la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, a tratar de refrescarse continuamente con un abanico negro del que no se despegó en ningún momento.





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Fernández, conocida por lucir trajes de diseñador, asistió a la cita entre la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) con la Unión Europea (UE) con un vestido negro y medias del mismo color, y saludó jovialmente a otros mandatarios en los momentos previos a la apertura de la cumbre.

El encendido color escogido por Merkel no pasó desapercibido e incluso el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, se detuvo bajo el sol a comparar el tono de su corbata con la chaqueta de la canciller alemana.

La otra presidenta que se resistió a usar pantalones y chaqueta fue la costarricense, Laura Chinchilla, quien vestía un sencillo vestido azul sin apenas adorno.

Merkel y Chinchilla fueron las únicas que no recurrieron al formal negro para la inauguración de la cumbre, aunque el tono de la segunda no atrapó tantas miradas.

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, eligió un sencillo conjunto de pantalón y chaqueta negro con blanco.

Momentos previos a la fotografía oficial, la gobernante argentina se colocó al lado del anfitrión del evento, el presidente chileno, Sebastián Piñera, con quien conversó mientras empleaba su abanico a modo de visera. EFE