Dejar de “poner el dedo en la llaga”, en los momentos más necesarios, luce, según nuestro criterio, como una irresponsabilidad. Nada sabemos sobre macroeconomía, a menos que sea emitir juicios empíricos.
Sin embargo, trataremos de plantear, de la manera más didáctica posible, lo poco que entendemos sobre una materia tan delicada, que sólo deberíamos dejársela a quienes tienen el conocimiento y la experiencia para hacerlo. Pero nos dirigiremos aguas abajo, y en la medida de las informaciones de las cuales disponemos, desarrollaremos ideas pertinentes y de fácil comprensión.
Se supone que al hablar de macroeconomía, el asunto atañe más a las élites públicas y privadas que diseñan políticas económicas. Generalmente medidas y operaciones poco comprensibles para la gran mayoría del país, la cual es la destinataria de las peores y mayores consecuencias. Se trata del día viernes, del mes de febrero y Carnaval.
En efecto hoy, como ayer (1983), los venezolanos fuimos sorprendidos por los gobiernos de turno. Ayer, para pintarnos el viernes de negro; hoy, para cambiarle el color. El de ahora es rojo rojito. En ambos casos, febrero y la época de disfraces, han acompañado al coloreado carnavalesco, presagio de hambre, miseria y muerte.
El espacio que queda lo utilizaremos, en cuanto podamos, para resumir las insólitas consecuencias a nivel de los ciudadanos más pobres. El salario mínimo, las pensiones, en menos de una hora, perdieron más de la mitad de su poder adquisitivo. En pocos días, tanto con el salario mínimo, como con la pensión, sólo podrá adquirirse la mitad de los productos que ahora se compran en los abastos y mercados, si es que se consiguen. ¡Una pelusa, pues! En cuanto a los pequeños y medianos empresarios, que tienen deudas en el exterior, éstas se han incrementado en un 50%. Algunos quedarán arruinados. ¿Y sus trabajadores? Se sumarán a los millones de desempleados que ya existen. ¿Se movilizarán unidos y ya?
¿Será capaz la oposición de explicarle esta desgracia a la gente, de tú a tú?
Es un filón de oro puro. Se lo puso el “Viernes Rojo” en bandeja de plata.