Recuperan el tejido artesanal para crear moda sostenible

Recuperan el tejido artesanal para crear moda sostenible

Foto Archivo

Recuperar la producción textil artesanal es para algunas empresas el toque de distinción que les permite “competir con los grandes grupos industriales”, además de una forma de revitalizar países como la India, donde trabajan con artesanos tejedores para crear una moda “sostenible, única” y más humanizada.

Beatriz Rodríguez/EFE

Esta es la filosofía de la firma española The IOU Project, que retoma el concepto impulsado por Mahatma Ghandi de “haz tu propia ropa y vístete con ella” entre los indios, que vestían “ropas elaboradas por ellos mismos pero en fábricas y con precios británicos”, explica a EFEstilo Raquel Pérez Rousselot, responsable de prensa de esta pequeña iniciativa textil.

“Hemos recuperado ese concepto, modernizándolo e incluyendo el trabajo artesanal con un diseño más novedoso y con la idea de ‘consume lo que produces localmente’, por eso trabajamos con artesanos en la India y luego todas las producciones están hechas en Europa”, puntualiza.





Al otro lado del planeta, en el continente asiático, se escucha el vaivén de la máquina de madera con la que un artesano de la cooperativa de tejedores de Kedar, una de las decenas con las que trabajan en la India, mezcla hilos de algodón 100 % natural procedente de los campos aledaños, y juega con tonos azules, grises, turquesas y verdes para crear un “lungui”, una pieza de tela de máximo ocho metros de largo y dos de ancho.

Cada artesano tarda un día en elaborar esta pieza que tradicionalmente los hombres enrollan en su cintura, en sustitución de los pantalones y que personalizan con tintes vegetales, un “lungui” que en esta empresa creada por la española, de origen hindú, Kavita Parmar, se dividirá en trozos para extraer de cada uno varias piezas.

“De un mismo ‘lungui’ puedes sacar por ejemplo una camisa, una bufanda y una alpargata, pero nunca va a haber dos iguales, porque ningún tejido es igual a otro”, asegura Raquel Pérez Rousselot mientras extiende uno de cuadros en tonos azules, en la misma gama que otras prendas de esta producción, que define como moda de “estilo urbano” y “fondo de armario” para combinar en cualquier momento.

Esa prenda de “tejido único” es lo que les distingue. Defienden la procedencia de cada una de ellas, mostrando en su página web (www.iouproject.com) los rostros y entorno de trabajo de los tejedores artesanos de cada una de las cooperativas con las que trabajan.

“Es imposible para las pequeñas marcas competir” con los grandes grupos que “cada dos semanas tienen un producto nuevo en la tienda”, de modo que hay que ofrecer otra cosa: “prendas que sean únicas, que estén fabricadas a mano, que lo lleves encima y sepas quién lo ha fabricado, tirando de conciencia en contrapartida a la producción en masa y a que todos vayamos vestidos iguales”, defiende Rousselot.

Y sí, “sale rentable”, asegura. “No somos una ONG, somos un negocio, pero lo enfocamos desde un punto de vista ético y sostenible, reduciendo un poquito los márgenes” de ganancia.

De esta manera el distribuidor final no se lleva el mayor beneficio. El objetivo es que todos los eslabones de la cadena textil “puedan vivir bien de su trabajo, tanto los artesanos en India, como los fabricantes europeos, como nosotros”, concluye. EFE