ABC: Maduro prepara al país para que no espere el regreso de Chávez

ABC: Maduro prepara al país para que no espere el regreso de Chávez

 

 

(Foto Reuters)

 

El Gobierno de Venezuela está preparando a la población para que se haga a la idea de que el presidente, Hugo Chávez, no podrá regresar a Caracas ni a corto ni a medio plazo, ya que su postoperatorio no deja de complicarse. El vicepresidente, Nicolás Maduro, admitió así que Chávez se está sometiendo a «tratamientos complementarios, sumamente complejos y duros» en La Habana. Un parte muy pesimista, que contradice las voluntaristas manifestaciones anteriores y que no augura ni mucho menos una pronta recuperación. Interrogado sobre cuándo acabará ese tratamiento especial, Maduro se limitó a señalar que «en algún momento». Su voz entrecortada vacilaba ante las cámaras de Venezolana de Televisión. Le costaba encontrar las palabras.

De abc.es

ABC ya adelantó que no podrá volver a la Presidencia

El vicepresidente acababa de regresar de La Habana acompañado de su mujer, la procuradora Cilia Flores, cuando hizo estas declaraciones. «Él (Chávez) está asimilando y llevando adelante -como diría él- con espíritu de batalla esta nueva fase», añadió. En ningún momento explicó a qué tipo de complejidad responde el tratamiento. Sin embargo, la semana pasada Maduro aseguraba que el presidente se estaba recuperando y que volvería para asumir el cargo. ABC publicó poco después que Chávez no podrá recuperarse lo suficiente para volver a ejercer las complejas tareas de la presidencia.

Así las cosas, y a la vista de que al presidente no se le espera en Caracas durante un largo tiempo, Maduro ha adelantado que los miembros del Gobierno seguirán viajando cada semana a la capital cubana para reunirse con el jefe de Estado, conocer su estado de salud y recibir sus instrucciones políticas.

El sucesor

Antes de partir a Cuba el 8 de diciembre, Chávez designó a Maduro como su sucesor y candidato en futuras elecciones presidenciales, en caso de que su enfermedad lo inhabilitara físicamente para ejercer el cargo. Pero aunque el pasado 10 de enero el presidente no pudo jurar, el Tribunal Supremo de Justicia resolvió prolongar su fenecido mandato indefinidamente hasta que pudiera regresar para la eventual investidura de su cuarto mandato.

La firma de Chavez ha sido cuestionada por varios grafólogos

El equipo de gobierno invoca el nombre de Chávez para las grandes decisiones del Ejecutivo. «Manda más que un dínamo», ha dicho el ministro de Ciencia y Tecnología, Jorge Arreaza, para mostrar que el mandatario está gobernando desde su lecho de enfermo. En el mismo sentido se pronunció el ministro de Exteriores, Elías Jaua, quien aseguró que «nos está volviendo locos» de tantas órdenes que imparte.

Chávez estaría firmando decretos y documentos de Estado con una firma en tinta roja que ha sido cuestionada por varios grafólogos, que aseguran que una persona que está gravemente enferma, y tras tan largo periodo de convalecencia, no puede firmar con trazos tan firmes y vigorosos como los que se muestran en los papeles oficiales.

El «paquetazo rojo»

El ejemplo más patente son los decretos de las medidas de devaluación del bolívar, la moneda nacional, aprobados antes de carnaval para que entraran en vigor ayer. El «paquetazo rojo», como lo bautizó la oposición, supone una devaluación del 46 por ciento del bolívar. Pero la impopular medida es endosada a Chávez para que no contamine la imagen de Maduro en las futuras presidenciales.

«Una vez más vivimos en guerra económica», afirma el diputado chavista Freddy Bernal tras citar una frase muy del gusto de Chávez: «La revolución siempre tiene al lado el látigo inclemente de la contrarrevolución. Lo que está hoy sobre el tapete refleja más o menos lo que pasó hace 11 años». Una referencia al intento de golpe contra Chávez de 2002 promovido por el empresario Pedro Carmona. Y una advertencia más a la oposición para que procure pasar desapercibida en estos delicados tiempos.

La prolongada ausencia de Chávez está siendo sustituida en las calles de Caracas con grafitis propagandísticos que construyen el mito de la eternidad de Chávez. Las imágenes de «Yo soy Chávez», «Todos somos Chávez», «Chávez es todo corazón», mezcladas con símbolos religiososcompletan el culto a la personalidad. Los analistas lo ven como la construcción de una cuidada mitología calculada para el caso de que se asuma que el mandatario no está en condiciones de volver a mandar

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