Pedro y el Capitán regresan al Celarg

Pedro y el Capitán regresan al Celarg

Prensa Teatro

Hasta este fin de semana, la Sala Experimental del Celarg en Altamira será la casa de la emblemática obra del uruguayo Mario Benedetti Pedro y el Capitán” que presenta la relación entre un torturado y su torturador. El militar debe obtener a toda costa información y datos sobre los compañeros de lucha de Pedro quien, aún debilitado por las largas sesiones de tortura, se niega a delatar.

“Pedro y el Capitán” es uno de los cuatro textos teatrales de Benedetti, escrito en 1979 desde el exilio. En él plantea el diálogo entre torturador y torturado, las variaciones del poder, las consecuencias del intercambio en un espacio asfixiante y la tensión dramática del claro-oscuro interior de los personajes. La pieza va más allá de una denuncia concreta contra la represión militar de un país y más allá de la denuncia contra la tortura y contra la falta de humanidad. Ambos personajes son hombres de carne y hueso con sus vulnerabilidades, enfrentados por la política.

Este montaje de “Pedro y el Capitán está protagonizado por Vicente Peña como Pedro y Adolfo Nittoli como ElCapitán; ambos con una excepcional carrera en teatro y cine. La dirección corre a cargo de Consuelo Trum quien plantea una propuesta híbrida de escena y audiovisual, donde una cámara registra al momento las expresiones más sentidas de los personajes, gracias al trabajo de Diana Almeida y Dennys Rodríguez, mientras la música original de Claudia Aponte y Stephanos Mavridis realza el lugar de tortura y lo violento de la situación con acordes musicales atonales y sonidos que nos ubican en un sótano, una sala de interrogatorios, un lugar clandestino y desaparecido.

La producción general es de la Fundación Teatro Repico, con diseño de vestuario de Joaquín Nández, escenografía de Emily Jolie y diseño de iluminación de Lina Olmos.Pedro y el Capitán cierra temporada este viernes y sábado a las 8 de la noche y el domingo a las 6 de la tarde en la Sala Experimental del Celarg en Altamira.

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